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El Deber de la Transmisión y la Memoria

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«Hoy es un día para honrar a los sobrevivientes, aprender de las lecciones del pasado y reconocer que, si nos mantenemos indiferentes, estos hechos aberrantes pueden repetirse».

Por Batia Nemirovsky.

 El 27 de enero de 1945, el ejército ruso liberó Auschwitz Birkenau, el mayor campo de exterminio nazi. Los aliados ya sabían lo que estaba ocurriendo, pero sólo cuando derrotaron a Alemania el horror total fue expuesto, a pesar de los desesperados esfuerzos de los nazis en retirada por destruir pruebas del asesinato sistemático y masivo de judíos que llevaron adelante.

Cada 27 de enero, Día Internacional de Conmemoración de las Víctimas del Holocausto, el calendario nos convoca a recordar a las millones de personas que fueron asesinadas o cuyas vidas cambiaron inexorablemente por las trágicas consecuencias de lo que fue el hecho más brutal y atroz del siglo XX.

Hoy es un día para honrar a los sobrevivientes, aprender de las lecciones del pasado y reconocer que, si nos mantenemos indiferentes, estos hechos aberrantes pueden repetirse.

Un genocidio no se desata con una chispa como lo hace un incendio. Por el contrario, se trata de un proceso que comienza y crece si la discriminación, el racismo y el odio no son controlados e impedidos a tiempo.

El Holocausto ocurrió hace más de setenta años, pero los interrogantes que plantea tienen hoy plena vigencia en nuestras vidas.

Ignorar las masacres que se están registrando en distintos puntos del planeta, por mencionar sólo un ejemplo, es un acto de inhumanidad que no debemos permitir ni permitirnos.

Extinguir por todos los medios las llamas de odio que arden por doquier es hoy un imperativo para todos. En este sentido, la educación es una llave que nos permite tender puentes para conectarnos desde la esencia de humanidad que existe en todos nosotros.

Las jóvenes generaciones son el símbolo de la esperanza, los ciudadanos del mañana que tendrán la responsabilidad de impedir y anticipar cualquier hecho o conducta que pueda arrastrar al mismo ciclo de odio y violencia, que son la antesala de la barbarie. Para ellos trabajamos. Para ellos, entre otras cosas, desde AMIA producimos una diversidad de contenidos y recursos pedagógicos útiles para abordar el tema del Holocausto en las aulas. El sitio http://shoa-interpelados.amia.org.ar/ es sólo un ejemplo de ello.

Estamos convencidos de que la educación es la herramienta contra la ignorancia y el oscurantismo. En un mundo en ebullición, todos somos responsables y estamos interpelados a desplegar acciones educativas que contribuyan a la creación permanente de un mundo donde la paz y el respeto a la dignidad humana residan.

Tenemos el deber de la transmisión, de la memoria comprometida y vigilante para asegurar que nunca habrá en ninguna parte del mundo otro Auschwitz.

Como advierte Primo Levi al comienzo de su libro Si esto es un hombre, recordemos que el infierno ha existido en la Tierra. No olvidemos que el infierno todavía existe en la Tierra.

La autora es directora del área de Educación de AMIA.