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Ante la celebración de la Solemnidad de Pentecostés que los cristianos celebrarón el domingo y la Fiesta de Shavuot, que la comunidad judía celebró los días 30 y 31 de Mayo.

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Compartimos  las  reflexiones , que ciertamente nos interesarán para aprender juntos, unos de otros, cumpliendo los objetivos de nuestra Institución.
Conocernos y enriquecernos mutuamente a través de ese conocimiento profundo y sincero de las celebraciones que integran  la Fe de judíos y cristianos.
La palabra «Shavuot», significa en hebreo «semanas». Algunos pensadores leen “Shvuot” que significa “promesas”, en esta fiesta nos prometemos comprometernos más con nuestro Judaísmo, con nuestra Comunidad y con nuestra humanidad.
En el antiguo calendario agrícola esta festividad estaba dedicada a la ofrenda de los primeros frutos de la colecta al Templo de Jerusalem (Jag Ha-Bikurim).
En el ciclo de la historia judía, Shavuot es el día de la entrega de la Torá  (primera parte de las tres que conforman el Tanaj, o sea la Biblia Hebrea), el día del encuentro en el Sinaí (monte donde se entregó la Torá), cuando por primera vez fueron escuchados los mandamientos divinos. Nuestros sabios han interpretado este encuentro de muchas maneras; una de las más imaginativas y poéticas, es la idea que en Sinaí, Dios e Israel se «casaron», siendo la Torá  nada menos que la Ketubá, o sea el «contrato de boda», con el cielo y la tierra como testigos.
Es interesante destacar que en todas las fiestas judías, en la Tora se indica la fecha exacta de su celebración. Solamente en Shavuot no se nos dice en qué fecha del calendario judío debe festejarse. Sólo dice que deben contarse siete semanas a partir del segundo día de la Festividad de Pesaj (Fiesta de la liberación de la esclavitud de Egipto), es decir que Shavuot siempre está ligada a Pesaj.
Shavuot es realmente el complemento de Pesaj. Sin Shavuot la fiesta de Pesaj no tiene sentido, pues la liberaciónfísica del pueblo judío, que se conmemora en Pesaj, sólo tiene valor si se completa con la liberación espiritual por medio de la entrega de la Torá sobre el monte Sinaí.
En Pesaj los judíos salieron de la esclavitud, en Shavuot la esclavitud salió de los judíos. En palabras del pensador Ajad Ha-am, en Pesaj los amos dejaron de ser tales, pero recién en Shavuot los judíos dejaron de ser esclavos.
Por lo tanto Pesaj es el medio, mientras que Shavuot es el fin.
Nuestros maestros explicaban que Shavuot se llama también «fiesta de la entrega de la Torá » (Jag Matan Tora) y no fiesta de la recepción de la Torá, porque la entrega de la Torá tuvo lugar una sola vez en la historia, al pie del monte Sinaí; mientras que la recepción de la Torá, es decir la asunción de todos sus mandamientos y preceptos, la lucha por un mundo mejor y más ético debe hacerse todos los días.
¡Jag Sameaj!
Rabino Adrián Herbst
La Solemnidad de PENTECOSTÉS
“Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar, de pronto vino del cielo un ruido semejante a una fuerte ráfaga de viento…”
 (Hech 2,1-2)
Allí están los que habían seguido al Maestro, con María, su madre. Allí están reunidos haciendo memoria de la Alianza en el Sinaí. Allí están, con la serena certeza de la Presencia de un Dios que rescata de la esclavitud y acompaña. Un Dios que es Presencia y Providencia
Y en este celebrar la Alianza de Dios con su pueblo, plenitud de la Pascua, Jesús, Dios hecho hombre, cumple su Promesa: el don del Espíritu. Dios presente que anima y conduce, que nos hace comunidad, que nos hace conocer la verdad y buscar la justicia, que es la paz hecha don y el entendimiento, que es corazón abierto y ojos limpios.
Vuelve a iluminar nuestras vidas, a reconocerte en la comunidad, a abrir nuestras puertas y a dejar lugar al hermano. Ven a este mundo herido de injusticias y falta de entendimiento…
Ven con tu sabiduría a guiarnos en el andar y a ser consejo en cada despertar… Ven, para que en nuestra boca se pueda escuchar tu Voz… Ven a hacernos signos e instrumentos de paz en cada rincón de esta tierra, ven a consolarnos y hacernos consuelo para los demás.
 A vos, Señor de la Vida y de la historia, te suplicamos una vez más que nos envíes tu Espíritu que nos da Vida y Vida en abundancia. Enciende de nuevo en nuestros corazones la certeza de tu Presencia y la confianza en tu Promesa.
María Andrea Green