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SANJOY, DE NIÑO DE LA CALLE A ESTUDIAR EN EEUU, GRACIAS A DON BOSCO ASHALAYAM

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Cuando llega la noche, los niños de la calle se vuelven particularmente vulnerables. Cada noche, Don Bosco Ashalayam en Calcuta (India) abre sus puertas para los niños que necesitan un lugar seguro para dormir. Los refugios nocturnos están cerca de los hogares y su experiencia ha sido positiva ya que algunos jóvenes vulnerables eligen quedarse y luego pasar al hogar. En Don Bosco Ashalayam tienen comida, pueden asearse, recibir atención médica y disfrutar de un lugar seguro para estudiar y hacer amigos.

«Don Bosco Ashalayam es la única familia que he tenido». Sanjoy creció sin sus padres. Sólo recuerda vivir en la calle, donde trabajaba, dormía y buscaba comida para sobrevivir. Recuerda que una familia le ofreció irse con ellos, pero pronto se dio cuenta que era un engaño, le tenían como esclavo doméstico, abusaban de él y no recibía ningún dinero ni ayuda. Apenas tenía 10 años.

Fue entonces cuando un trabajador social de Don Bosco Ashalayam lo encontró en las calles mendigando y habló con él. Fue enviado a la escuela, no tenía que preocuparse por buscar comida, un techo donde dormir y donde estar seguro. Fue el comienzo de una nueva vida. El comienzo de un nuevo futuro.

«Don Bosco Ashalayam me ofreció una vida que va más allá de mis sueños. Nunca habría imaginado que un niño de la calle como yo podría estudiar en Estados Unidos. Me siento tan feliz».

Sanjoy estudiaba mucho y obtuvo siempre muy buenas notas. Completó todos los cursos y estudió electrónica. Don Bosco Ashalayam le ayudó a continuar sus estudios y, ahora con 22 años, ha obtenido una beca para estudiar en el Colegio DuPage en Chicago en Estados Unidos.

Don Bosco Ashalayam ofrece campamentos y actividades lúdicas para sacar a los niños de las calles. Estos campamentos de cinco días se llevan a cabo en la localidad de Kalyani, donde los niños y los jóvenes pueden redescubrirse a sí mismos estando lejos de los desafíos diarios de la vida en las calles. A medida que luchan contras las adicciones, los muchachos disfrutan de los placeres simples de la infancia jugando y bailando y aprenden habilidades básicas para la vida: higiene, salud sexual, confianza, miedo, adicciones, dotándoles así de las primeras herramientas para cambiar su futuro. Muchos deciden continuar en el Hogar Don Bosco Ashalayam, estudiar y cambiar su vida como Sanjoy.

RABBUL HUSSAIN, 18 AÑOS

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«VEO MUCHO DE MÍ EN ELLOS»

Tuve un comienzo difícil en la vida. Mi madre falleció y mi padre volvió a casarse a los dos meses. Mi madrastra no me aceptó, y mi padre dejó de cuidarme. A él no le importaba. Me sentía solo.

Un verano, cuando tenía sólo 8 años, decidí dejar mi casa e ir a la casa de mi tío. Tomé un autobús y traté de encontrar el camino, pero me perdí. Acabé en la estación de Howrah. ¡Fue muy aterrador!

Por suerte, el personal de Don Bosco Ashalayam me encontró y me llevaron al hogar. Cuando llegué había juegos, competiciones deportivas, danza, música, canciones… Por primera vez en mi vida sentí que era parte de algo.

Más allá de los juegos y toda la diversión, Don Bosco Ashalayam se encargó de mi educación, yo era completamente analfabeto. Fue una gran alegría para mí cuando me dieron un uniforme y me enviaron a la escuela por primera vez. Sé lo afortunado que soy por poder ir a la escuela y por eso estudio mucho.

Estoy en último curso y también trabajo a tiempo parcial en Ashalayam, en el hogar para niños (de 5 a 10 años). Me encanta jugar con estos chicos. Veo mucho de mí mismo en ellos y quiero que sean tan felices como lo fui yo en mi primer día en Don Bosco Ashalayam.