El Programa de divulgación sobre el holocausto de la ONU reunió a 500 estudiantes de secundaria en el 70 aniversario de El Diario de Ana Frank
Con más de 500 estudiantes de segundaria, el ECOSOC parecía más un aula que una sala de conferencias de la ONU.
La responsable de comunicación de la Organización, Alison Smale, pedía silencio para arrancar un evento con motivo del septuagésimo aniversario de la publicación de El Diario de Ana Frank. La historia que escribió una niña judía de 13 años desde la casa de Amsterdam en la que se escondía de los nazis junto a su familia es hoy uno de los libros más conocidos universalmente. Y su mensaje está de máxima actualidad cuando Europa vive la peor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial.
«Todos debemos apreciar la humanidad común que nos conecta. Este es el espíritu tras la iniciativa «Juntos» de la ONU, que quiere llamar la atención sobre la necesidad de garantizar seguridad, respeto y dignidad para los refugiados y migrantes de hoy. Espero que todos vosotros, al pensar en Ana Frank, apoyaréis esta campaña tan importante», dijo.
Los estudiantes vieron un corto documental sobre la vida de Ana Frank y leyeron y comentaron páginas del diario.
«Cuando lo leí la primera vez no me gustó tanto porque no lo entendí, fue la vida de una niña viviendo en un lugar. Pero lo leí hace un mes y cuando terminé el libro me puse a llorar porque me pareció tan triste. Yo tengo la misma edad de Ana Frank, yo tengo 14 y me imaginé muriendo a esta edad y me parece muy ‘asustador’ “, explica Pablo Niño que es de origen colombiano y vive desde hace siete años en Nueva York.
vely Fuentes, que vino desde una escuela de Queens, admite que aún no ha leído el libro. «Pero lo quiero leer, porque la historia de esa muchacha es increíble, como ella pudo superar todo ese dolor y convirtió esa tristeza en algo que le ayudaba a pelear. Ella no quiso creer que la gente era así de mala», añade.
Jan Franco también venía desde Queens, el barrio más multicultural de Nueva York. Sufrieron tanto por ser judíos. Hoy día hay hispanos que están siendo discriminados, otros por ser ‘muslim’ (musulmanes). No aprendemos las lecciones, la historia siempre se repite», explica.
El evento intentaba hacerles reflexionar sobre los paralelismos entre las experiencias de los refugiados de la segunda guerra mundial y los que huyen hoy de los conflictos. «Esta gente están escapando de un lugar donde no hay felicidad, no hay esperanza y van a otros países para recomenzar sus vidas, para crear familias, un mejor futuro y no les quieren abrir las puertas», dice Evely.
Ellos conocen de primera mano lo que es tener que irte de tu país. La familia de Jan es de Ecuador y la de Evely de Honduras. «Mi mamá dice que yo soy afortunada por nacer aquí por allá en los países de nosotros hay mucho miedo, mucha violencia, no hay esperanza. En los países de uno hay cosas terribles que están pasando ahora que uno no puede imaginar no quiere ni hablar de ello porque eso es horrible”, asegura.
La propia Ana Frank escribió en su diario «lo que está hecho, no se puede deshacer pero puede prevenirse que ocurra de nuevo».
