Inicio Iglesias Uniendo a los cristianos libres y a los perseguidos en Colombia

Uniendo a los cristianos libres y a los perseguidos en Colombia

588
0

En Colombia, las iglesias urbanas y libres, por lo general, no suelen ser conscientes de la cruda realidad que viven las iglesias que sufre persecución. Por eso, Puertas Abiertas ha diseñado un programa de acercamiento entre ambas realidades distintas.

Cuando uno visita el pueblo indígena de los Nasa, al oeste de Colombia, lo que más destaca es su profunda unidad. La familia es la base de la sociedad y, en el caso de los creyentes, también lo es la iglesia y sus congregaciones locales.

Cuando se trabaja con la iglesia perseguida de los Nasa, es imposible no ver similitudes con la iglesia primitiva de Judea, en la que la comunidad y la unidad eran características vitales y les mantuvo firmes aún en medio de una grave persecución. Hoy, en la iglesia perseguida de la Colombia indígena todo es muy similar a entonces.

Entre 2015 y 2016 hubo 108 incidentes de acoso, tortura y desplazamientos violentos de cristianos indígenas. Y la persecución contra los cristianos Nasa es religiosa y política a la vez. Por un lado, la comunidad Nasa rechaza a los cristianos indígenas que no practican tradiciones ancestrales como el cultivo y consumo de coca, o la participación en prácticas chamánicas. Por otro lado, los creyentes se niegan a participar en protestas políticas y a posicionarse en contra de ciertas posturas gubernamentales. «Nos desplazan porque no masticamos hojas de coca, porque no participamos en protestas contra el Gobierno de Colombia ni lanzamos conjuros chamánicos», dice Rogelio Yonda, un líder indígena desplazado que representa a 85 iglesias en la región.

«Compartir los mismos sentimientos

Durante su trabajo con la tribu Nasa en los últimos cinco años, Puertas Abiertas ha detectado una profunda necesidad de fortalecer, capacitar y asistir a la iglesia perseguida a través de la instrucción bíblica, el apoyo pastoral y el desarrollo comunitario y social. Y una de las maneras más efectivas de sanar las heridas de un grupo perseguido es lograr el estatus y reconocimiento de víctima de violencia por su fe cristiana. Con este objetivo, Puertas Abiertas ha facilitado la colaboración entre la iglesia libre y la perseguida de modo que las dos sufran juntas como parte del Cuerpo de Cristo.

En 2016, los pastores urbanos de la Confraternidad Bautista se asociaron con las iglesias de los Nasa, proporcionándoles instrucción bíblica sobre el discipulado como parte de un programa integral que busca fortalecer los fundamentos doctrinales y bíblicos de los líderes cristianos en las iglesias de los Nasa. Y así, estos cristianos asisten a sesiones de instrucción, pasan tiempo en comunidad y aprenden de la Palabra de Dios a través de juegos, dibujos y canciones. «Tenemos que encontrar las maneras más simples y lúdicas de enseñar e instruir a nuestros hermanos indígenas», dice la pastora Janeth Cristina Méndez, voluntaria de la Confraternidad Bautista. «Tanto les gustan las canciones, los juegos y los dibujos que hemos logrado encontrar un terreno común a pesar de las barreras lingüísticas».

La comunidad Nasa ha mostrado interés en el desarrollo de este proyecto. Han compartido su realidad, sus hogares y sus familias. Y juntos han podido desarrollar nuevas habilidades en medio de una seria persecución. La colaboración entre las iglesias libres y las perseguidas ha permitido un intercambio de experiencias enriquecedor para los líderes de ambas partes. «Cuando vamos a las comunidades perseguidas, es un desafío para nuestra fe. Somos maestros y estudiantes a la vez», dice el pastor Julio Merchán, voluntario de la Confraternidad Bautista.

«No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos»

Según compañeros de Puertas Abiertas en Colombia, el programa está impactando indirectamente a 300 líderes nativos de la iglesia de los Nasa, que a su vez coordinan las actividades de 70 iglesias distribuidas en dos regiones.

Algunas de estas zonas están bajo control de las autoridades tradicionales chamánicas. Y estas autoridades no dudan en atacar a los cristianos con amenazas, encantamientos y brujería. Y los peligros de esta región no se limitan a la presencia de las autoridades tradicionales, porque todavía hay una fuerte presencia de grupos armados. En una ocasión, representantes de los grupos armados interrumpieron una de las sesiones de formación. «Se presentaron milicianos armados en sus motos y afirmaron que había muchos informantes que se hacían pasar por cristianos”, comparte Flavio Munera*, también voluntario. «Cuando les contamos sobre nuestras actividades nos dejaron en paz».

A pesar de los ataques de las autoridades tradicionales, a la comunidad Nasa le apasiona el intercambio de las iglesias porque se han sentido más valorados y más unidos con el resto de iglesias en Colombia. «Gracias a la colaboración entre iglesias, los pastores indígenas han visto el amor de Dios por la comunidad Nasa«, dice un líder de una iglesia indígena.

Aún hay muchos retos: la barrera lingüística, la lejanía de las comunidades, la ausencia de señales telefónicas y las peligrosas rutas de comunicación, lo que hace que el proceso sea más lento y complejo; sin embargo, la Iglesia Perseguida se ha vuelto experta en superar obstáculos en su búsqueda de la verdad de Cristo: «La relación entre la Iglesia Libre y la Iglesia Perseguida es necesaria para sanar la comunidad», dice Tatiana Ramírez, Coordinadora de Apoyo Psicológico de Puertas Abiertas Colombia. «Este tipo de colaboración permite que la Iglesia Libre participe de la valentía de los perseguidos por su fe, y también anima a las comunidades perseguidas a ser más precisas y eficaces en sus respuestas a la persecución. Es decir, es un proceso en el que todos ganan y Dios es glorificado”.

 

* Nombre cambiado por motivos de seguridad