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Historia ejemplar: es ciego, hipoacúsico y se recibió de abogado a los 82 años

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Empezó la Facultad de Derecho a los 77 años, aprobó hoy su último examen con 82 y se recibió de abogado. Si hay alguien que merece ser noticia y reconocido es Eduardo Etchepare”. Con estas palabras, un joven que se recibió el mismo día también de abogado, realizó un post en Facebook gracias al cual se viralizó la historia de Eduardo.

Pero sumando condiciones excepcionales a esta historia, Eduardo no solo tiene 82 años sino que además, en 1993 quedó ciego por un tumor cerebral.

Tantas circunstancias hicieron que al recibirse fuera también reconocido como “ciudadano ilustre” en Mendiolaza, donde vive. “Nunca dejé los libros, los problemas no impidieron que pudiera seguir”, comenta el flamante abogado. Los “problemas” a los que se refiere son su hipoacusia, su asma, su hipertensión y un bypass.

Antes, Eduardo había intentado realizar una carrera universitaria. Mientras trabajaba intentó estudiar Medicina, hizo tres años pero dejó, porque debía reforzar sus ingresos para que sus hijos se recibieran.

Nació en Buenos Aires, fue docente y llegó a ser director de varias escuelas. Ejerció luego como martillero público y llegó hace una década a las Sierras Chicas cordobesas (a una media hora de la capital provincial). Trabajó siempre como martillero público y, a los 77, decidió estudiar Abogacía en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).

Un poco por el miedo lógico de rendir la última materia y otro poco por humildad, Eduardo explicó que hoy no avisó de su recibida porque tenía miedo de no aprobar, incluso una compañera relató que su miedo anterior era no llegar a terminar la carrera y que “el barba” se lo lleve antes de poder cantar victoria.

Sin embargo, ayer sus seis hijos y sus diez nietos le festejaron el final de su carrera, cuando aprobó el último examen con 8. “Un escándalo hicieron -se ríe-, con huevos, con harina, con todo”.

“No importa la edad, soy un pibe, qué importan las discapacidades”, repite. Estudió con apuntes y libros grabados para superar su ceguera. En la peatonal cordobesa fueron muchos los que se pararon a felicitarlo por su logro.

Ahora, Eduardo no quiere frenar, quiere gritar otro título más. La familia relató que ahora quiere hacer un doctorado, y creen que lo va a hacer porque todo lo que se propone lo cumple.