SIRIA
Una vez más, los ataques contra instalaciones médicas obligan a cerrar programas vitales: se destruyen hospitales,se ataca a los pacientes y al personal sanitario, y se acaba con la única esperanza para muchas personas de ser atendidas.
Y se hace con total impunidad.
Este lunes pasado, el hospital Owdai en Ildib (Siria) al que dábamos apoyo fue alcanzado por dos ataques aéreos. Al menos cinco personas murieron.
Los bombardeos tuvieron lugar mientras llegaban los heridos de otro ataque aéreo más, ocurrido una hora antes, en el principal mercado de la ciudad y en el que habían muerto otras 11 personas. Gran parte del hospital Owdai -que atendía una media de 3.800 consultas mensuales-, quedó entonces destruido.
“El hecho de que este ataque haya ocurrido en un hospital cuando estaba recibiendo pacientes y atendiendo a heridos es atroz y constituye una clara violación del Derecho Internacional Humanitario”, afirma Luis Montiel, nuestro coordinador general en el norte de Siria.
Tras el ataque del lunes, el hospital Owdai ha tenido que cerrar indefinidamente, justo cuando se prevé que aumenten las necesidades de atención médica en la zona debido al desplazamiento masivo de personas que huyen de la violencia en el este de Idlib y en el noreste de Hama.
Pese a los ataques, seguimos gestionando cinco instalaciones médicas y tres clínicas móviles en el noreste de Siria. Además, colaboramos estrechamente con otros cinco centros y brindamos apoyo a distancia a unas 50 instalaciones más en áreas donde no podemos trabajar directamente.
Gracias por seguir a nuestro lado, compartiendo nuestros valores e interesándote por nuestro trabajo.
