Malí se encuentra entre los 10 países más pobres del mundo y vive inmerso en una guerra contra el yihadismo. A pesar de que el país está experimentando un cierto crecimiento macroeconómico, la población continúa con graves problemas para poder alimentarse. Además, estos últimos años la sequía ha empobrecido aún más a la población rural. Los Salesianos construyeron la escuela Secundaria en Touba, un pequeño pueblo donde no existía ningún centro educativo, para estar al lado de la población más necesitada.
Muchos de los jóvenes de Touba terminaban la escuela primaria con 12 ó 13 años y debía desplazarse a la ciudad más cercana, a más de 20 kilómetros, si querían continuar sus estudios. Por este motivo, los Salesianos pusieron en marcha el proyecto Apoyo a la Escuela Secundaria San Juan Bosco de Touba para construir una escuela que beneficie a los jóvenes y que puedan seguir estudiando sin recorrer grandes distancias.
El pasado mes de febrero finalizó el proyecto, cuyo objetivo era facilitar el acceso a la educación de calidad a jóvenes en riesgo de exclusión social, que ha logrado, además contribuir a mejorar el rendimiento escolar, mejorar la biblioteca del centro, los materiales didácticos y la formación al profesorado.
La Escuela Secundaria San Juan Bosco recién construida atiende a más de 400 jóvenes en situación de riesgo y exclusión social y hasta ella llegan los adolescentes y jóvenes de 17 poblados de la región, todos vulnerables.
De manera paralela a la construcción de la nueva escuela los misioneros salesianos han continuado con el plan de sensibilización en importantes asuntos como la equidad de género. De esta forma, facilitan también el acceso a la educación a las niñas y su participación en las actividades de ocio del centro.
Don Bosco decía: “¿Quieres hacer algo bueno? Educa a los jóvenes. ¿Quieres hacer una cosa sagrada? Educa a los jóvenes. ¿Quieres hacer algo santo? Educa a los jóvenes. ¿Quieres hacer algo divino? Educa a los jóvenes. De hecho ésta es una de las cosas más divinas”. Por todo ello, las palabras de Don Bosco siguen tan vigentes como hace más de cien años y sus hijos, los salesianos, siguen construyendo una de las “cosas más divinas”: escuelas para formar las futuras generaciones y transformar su futuro.
