La atención salesiana a los niños y jóvenes necesitados en Haití cumple 30 años gracias al programa Lakay Don Bosco, que nació en 1988 en Puerto Príncipe con el salesiano italiano Attilio Stra. El objetivo del proyecto es ofrecer una respuesta al grito que llegaba de los corazones de muchos niños, adolescentes y jóvenes rechazados, marginados y que vivían en situación de abandono, dejadez o grave riesgo social.
En la actualidad, el proyecto Lakay incluye cinco instalaciones en Puerto Príncipe y una, dividida en dos sectores, en Cabo Haitiano. Cada una de estas estructuras se creó como respuesta a las situaciones concretas en las que se encuentran los niños, muchachos y jóvenes en riesgo de ambas ciudades, que se benefician de este servicio gracias a las 57 personas que trabajan en él y que benefician a 1.400 menores y jóvenes.
Los centros del proyecto Lakay están especializados en las diversas etapas de la vida de los menores y en los distintos tipos de asistencia que necesitan los beneficiarios. En el Foyer Lakay, por ejemplo, los niños viven en una familia por un periodo de cuatro años hasta completar el aprendizaje de una profesión técnica, la educación escolar y superar un proceso de socialización.
‘¡Mira hacia arriba! ¡Mira hacia otro lado!’, es el lema del proyecto Lakay que se ha materializado en frutos espléndidos, ya que muchos de los jóvenes capacitados en los centros de proyectos se han convertido en ingenieros, educadores, docentes y buenos trabajadores de las empresas locales.
Para agradecer estos 30 años de servicio, el centro de La Saline celebró hace unos días una eucaristía presidida por el Superior de la Visitaduría Beato Felipe Rinaldi de Haití, el padre Jean-Paul Mesidor. En su homilía el salesiano trazó el progreso realizado por los Salesianos a través del proyecto Lakay en los últimos 30 años y felicitó a los empleados de mayor antigüedad que han estado desde el comienzo de esta propuesta educativa y formativa.
Con motivo del 30 aniversario, después de la celebración eucarística tuvo lugar un evento cultural cuyos protagonistas fueron los mismos muchachos acogidos en los centros de Lakou, Atelye-Lakou, Lakay, Puerto Príncipe, y Cabo Haitiano. De manera espontánea, todos los beneficiarios expresaron su alegría por esa fiesta y agradecieron a los Salesianos de Don Bosco por haberles enseñado a vivir con dignidad y respeto.
