Líderes cristianos en las áreas más afectadas fueron algunos de los primeros en responder para evaluar las necesidades.
A pocas horas de que el huracán Michael golpeara la Florida, líderes cristianos en las áreas más afectadas fueron algunos de los primeros en responder para evaluar las necesidades, ayudar a los que decidieron quedarse a resistir la tormenta y comenzar a limpiar los escombros.
El pastor Buford Lipscomb, quien lidera Liberty Network International, una red apostólica de ministerios e iglesias con sede en Pensacola, se encargó de llamar a sus contactos para brindar ayuda temprana.
Lipscomb dijo a CBN News que «creemos que nuestra gente local y el cuerpo de Cristo pueden llegar antes de que el gobierno lo haga y puede hacer una diferencia».
Lipscomb dice que varios hombres en las iglesias locales tienen experiencia en brindar ayuda tras el paso de huracanes como éste y pueden ingresar de inmediato a algunas de las áreas más afectadas.
«Tenemos muchos hombres que van a limpiar carreteras y árboles para que la gente pueda salir de sus casas. Mucha gente todavía está atrapada en sus casas», dijo.
Pensacola está a 90 minutos de algunas de las áreas más afectadas y se ha convertido en una ciudad clave para muchas organizaciones ministeriales y grupos humanitarios.
«Nos ahorramos mucho, así que estamos tratando de actuar como un área de coordinación y de organización para muchas organizaciones», dijo.
El huracán Michael, ha sido catalogado como el tercero más poderoso que haya azotado a los Estados Unidos.
La organización cristiana Samaritan’s Purse ha desplegado dos unidades de socorro en casos de desastre en el llamado Panhandle de la Florida y en el sur del estado de Georgia.
Los capellanes del Equipo de Respuesta Rápida de la Asociación Evangelística Billy Graham se dirigen a la región donde las comunidades y las familias tienen necesidad. Además, los voluntarios de Samaritan’s Purse ayudarán a los propietarios con la limpieza de escombros en sus casas.
Por su parte, Operación Bendición también se dirige a las zonas afectadas para llevar ayuda física y espiritual. Este huracán se convirtió en el más grande que golpea Florida en 80 años.