Tuya Tserendash es una próspera empresaria que dejó sus comodidades para rescatar almas y construir iglesias en las zonas budistas y animistas de Mongolia.
Aun con la gran presión de criar sola a sus tres hijos luego de la muerte de su esposo, Tuya emprendió un próspero negocio de neumáticos. Siete años después, la madre de Tuya entregó su vida a Jesús. “Cada vez que mi madre me hablaba de Dios, le decía que su Dios era mi Dios”, menciona Tuya en una entrevista para Samaritan’s Purse.
Frustrada por los distintos hechos de la vida, Tuya asiste por primera vez a una iglesia cristiana. Al escuchar la predica, la próspera empresaria de 52 años se sintió muy confrontada. “Busqué al pastor y le dije que orara por mí, para que yo pudiera entender la Biblia”, recuerda Taya.
Al paso del tiempo, Taya se rindió a Dios. Mientras Taya leía la Biblia, se encontró con Isaías 6: 9. Era Dios hablando a su vida. Desde aquel momento entendió que Él era todo para ella. Vendió todo lo que tenía para servirle. Su cambio no solo trajo un bienestar para su alma, sino también a los que la rodean.
Actualmente, Tuya está llevando el Evangelio que impacta vidas a las aldeas más profundas de Mongolia. Con el programa Operación Niño ofrece el evangelio y pequeños obsequios. Los aldeanos, al oír el Evangelio presentado con tal amor, están aceptando a Cristo, reuniéndose a estudiar la Biblia y construyendo iglesias en lugares donde nunca antes se había hablado de Jesús.
“Dios obra de manera poderosa en la vida de los que se disponen a servirle. Trabajar con amor es una gran herramienta para alcanzar a los perdidos”, concluye Tuya.
