Inicio Iglesias Abusos: Los religiosos reconocen errores y se comprometen en un camino de...

Abusos: Los religiosos reconocen errores y se comprometen en un camino de sanación

460
0

“Nos comprometernos a intensificar nuestros esfuerzos para trabajar con el Papa, para que la Iglesia pueda avanzar de manera coherente, creíble y unida; de manera verdaderamente sanadora, sinceramente renovada, con nuevos ojos para ver y nuevos oídos para oír”, se lee en la declaración , difundida hoy, por la Unión de Superioras Generales (UISG) y la Unión de Superiores Generales (USG) antes del encuentro sobre protección de menores en la Iglesia, que se celebrará en Roma del 21 al 24 de febrero, convocado por el papa Francisco, al que fueron invitadas también ambas confederaciones de religiosos.

La Unión de Superioras Generales (UISG) y la Unión de Superiores Generales (USG) han pública una declaración conjunta, antes del encuentro sobre protección de menores en la Iglesia, que se celebrará en Roma del 21 al 24 de febrero, convocado por el papa Francisco, al que fueron invitadas también ambas confederaciones de religiosos, en la que respaldan la iniciativa del pontífice y ponen de manifiesto su postura: “El abuso de niños es un mal en todo tiempo y lugar: este punto no es negociable”. 

Los religiosos han abordado todas las situaciones en las que se topan con menores “víctimas de abuso, de olvido y de maltrato”, como son los casos de niños soldados, la trata de menores, el abuso sexual, el abuso físico y el emocional. “Son voces que claman”, denuncian. Por eso, “como personas adultas, cristianas y como religiosos y religiosas, queremos trabajar para que sus vidas cambien y mejoren las situaciones en las que se encuentran”. Y ¿lo común a todas estas situaciones? La vulnerabilidad. “Los niños son los sujetos más vulnerables en nuestras sociedades. Son considerados ‘no esenciales’, ‘objeto’ de uso y abuso”, insisten. 

En su comunicado, recalcan que los abusos sexuales a menores en la Iglesia son “una historia que se ha ido prolongando durante décadas; una historia de inmenso dolor para quienes sufrieron este abuso”. 

“Inclinamos nuestras cabezas con vergüenza al darnos cuenta de que este abuso ha tenido lugar en nuestras congregaciones y en nuestra Iglesia. Hemos aprendido que quienes abusan ocultan deliberadamente sus acciones y son manipuladores. Por definición, es difícil descubrir estos abusos. Nuestra vergüenza aumenta al constatar que no nos hemos dado cuenta de lo que estaba ocurriendo. Al mirar las provincias y regiones de nuestras órdenes, nos damos cuenta de que la respuesta de las personas con autoridad no ha sido la que debía. No han sabido ver las señales de alarma o no se las tomaron en serio”, reconocen en su declaración. 

Vientos de cambio soplan en nuestra Iglesia
Sobre el encuentro, los religiosos manifiestan su esperanza de que “el Espíritu Santo actúe poderosamente durante esos tres días. Un encuentro de tres días es un tiempo breve”. Sin embargo, “creemos que con los vientos de cambio que soplan en nuestra Iglesia y con la buena voluntad de todas las partes implicadas, es posible iniciar importantes procesos y crear estructuras de rendición de cuentas, así como sostener los procesos y estructuras que ya existen. Es posible imaginar nuevos pasos hacia adelante, es posible tomar decisiones para que la implementación pueda ser rápida y universal”. 

Para los superiores generales, “el liderazgo del Santo Padre es clave. Él nos mostró el camino en muchos de estos ámbitos, reconoció el dolor y la culpa, se encontró con los sobrevivientes y reconoció sus propios errores y la necesidad de aprender de esas personas. Nos unimos a su misión de reconocer humildemente y confesar el mal que se ha hecho, de acoger a los sobrevivientes, de aprender de ellos cómo acompañar a quienes fueron objeto de abusos y cómo desean que escuchemos sus historias”. 

Y, por su parte, prometen “hacer todo lo que está en nuestras manos para escuchar mejor a las víctimas, reconociendo humildemente que no siempre lo hemos hecho”. Además, “implementaremos todo lo que durante el encuentro se decida respecto a la rendición de cuentas exigida a las personas con autoridad”. 

Un cambio de cultura
En su declaración los religiosos manifiestan que “necesitamos una cultura diversa en la Iglesia y en nuestra sociedad en sentido amplio. Necesitamos promover una cultura donde los niños sean considerados como un tesoro que hay que salvaguardar y proteger”. Así, proponen trabajar en tres direcciones: educación y salud, formación y espiritualidad. 

Asimismo los religiosos hacen un llamado a la conversión, reconociendo que “el fuerte sentido de familia en nuestras congregaciones –algo por lo general muy positivo– puede hacer difícil condenar o denunciar el abuso. Esto dio lugar a una lealtad injustificada, a errores en el juicio, a lentitud en el actuar, a negar los hechos y, a veces, a encubrirlos”. Por eso, “nos sentimos necesitados de conversión y queremos cambiar. Queremos actuar con humildad. Queremos identificar nuestros puntos ciegos. Queremos denunciar cualquier abuso de poder. Nos comprometemos a caminar con aquellos a quienes servimos, avanzando con transparencia y confianza, honestidad y sincero arrepentimiento”. 

Trabajar de forma conjunta
Por otro lado, la UISG y la USG pondrán los medios para que las congregaciones “trabajen juntas y poder llegar así, de la manera más eficaz, a los sobrevivientes en su camino de sanación. La formación inicial y continua podrían ser, quizás, los mejores ámbitos en los que trabajar juntos. La selección de los candidatos que entran en la vida religiosa es también algo en lo que podemos colaborar, identificando las mejores prácticas. Dicha selección ha de ser obligatoria y de la mejor calidad”. 

La declaración conjunta de los superiores generales concluye enviando un mensaje a los sobrevivientes: “Reconocemos que hubo maneras inadecuadas de tratar este tema y una vergonzosa incapacidad de comprender su dolor. Ofrecemos nuestras más sinceras disculpas y nuestro pesar. Les pedimos que crean en nuestra buena voluntad y sinceridad. Y los invitamos a trabajar con nosotros para crear nuevas estructuras que aseguren la minimización de los riesgos”. +