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Mons. Lozano: «Un pueblo en marcha»

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En el comienzo de un nuevo mes, y con el título “Un pueblo en marcha”, el arzobispo de San Juan de Cuyo y miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Jorge Eduardo Lozano, compartió algunas reflexiones. 

Con el título “Un pueblo en marcha”, el arzobispo de San Juan de Cuyo y miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Jorge Eduardo Lozano, compartió algunas reflexiones en el comienzo de un nuevo mes. 

“Estamos comenzando el mes de marzo. Recomenzamos las actividades en parroquias, capillas, comunidades educativas. Con varios movimientos e instituciones tuvimos jornadas de planificación y reflexión. El martes pasado un Encuentro con representantes de colegios parroquiales y otros que dependen del Arzobispado”, señaló el prelado, y destacó que “en unas cuantas parroquias se están desarrollando Asambleas para revisar el camino recorrido y realizar aportes para la Asamblea Arquidiocesana del 2 de abril”. 

“No inventamos la pólvora. La tradición nos muestra muchos ejemplos de experiencias sinodales, desde la Iglesia de los primeros tiempos después de la Pascua (ver el libro de los hechos de los Apóstoles capítulo 15) hasta nuestros días. Como decía San Juan Crisóstomo ‘Iglesia y Sínodo son sinónimos’”, reconoció monseñor Lozano. 

“En nuestra diócesis el Siervo de Dios monseñor José Américo Orzali (obispo de San Juan entre 1912 y 1939) celebró dos Sínodos, y convocó a un tercero que no logró realizar por dificultades de salud”, recordó. 

El arzobispo destacó el lema que inspira la Asamblea: “Somos un Pueblo que camina, anuncia y sirve”, y afirmó: “Queremos juntos percibir los desafíos que tenemos y discernir las respuestas adecuadas”. 

“Nos enseña el Documento Conclusivo de Aparecida que la diócesis ‘debe impulsar y conducir una acción pastoral orgánica renovada y vigorosa, de manera que la variedad de carismas, ministerios, servicios y organizaciones se orienten en un mismo proyecto para comunicar vida en el propio territorio. Este proyecto, que surge de un camino de variada participación, hace posible la pastoral orgánica, capaz de dar respuesta a los nuevos desafíos’”, repasó. “Y continúa el texto afirmando que ‘un proyecto sólo es eficiente si cada comunidad cristiana, cada parroquia, cada comunidad educativa, cada comunidad de vida consagrada, cada asociación o movimiento y cada pequeña comunidad se insertan activamente en la pastoral orgánica de cada diócesis’”, añadió. 

“Es un desafío grande y hermoso a un mismo tiempo, que requiere generosidad, apertura del corazón, capacidad de asumir juntos la Misión que se nos confía. La responsabilidad no es de unos pocos, sino de todos los bautizados. Nadie puede excusarse y pensar ‘a mí no me corresponde’”, advirtió. “Cada uno, según su propia vocación es llamado a ser co-responsable en la misión que Jesús confió a toda la Iglesia”. 

“El modo de vivir el estilo sinodal de la Asamblea es el del Encuentro en el Señor, en su Palabra. Rezar juntos para abrir como comunidad el corazón a la luz de la Palabra. Debemos escuchar a Dios y el clamor de su Pueblo. Esta actitud de apertura a Dios y a los demás es central”, consideró. 

“Nos mueve el espíritu de servir mejor al Señor en este tiempo concreto. Vamos a comenzar la Cuaresma, un tiempo marcado por el llamado a la conversión personal y comunitaria. En lo que hace a cada uno debemos aprovechar para confrontar la vida con el Evangelio. Y como familia eclesial tener en cuenta que ‘la conversión pastoral de nuestras comunidades exige que se pase de una pastoral de mera conservación a una pastoral decididamente misionera’”, animó. 

“El Miércoles de Cenizas, junto al Viernes Santo, son días de ayuno y abstinencia de carne”, recordó el prelado. “Este fin de semana largo tiene dos días feriados debido al carnaval, una fiesta de origen pagano, que se ha unido a la celebración cristiana de la Pascua. Por eso la fecha es ‘móvil’”, explicó. 

“En realidad, el acontecimiento central es la Pascua, y se cuentan 40 días para atrás desde el Domingo de Ramos para establecer la fecha del Miércoles de Cenizas, cuyos dos días previos son el carnaval. Antiguamente eran días de fiesta, comida, bebida, incluyendo algunos excesos, en vista al inicio de un tiempo de austeridad y sobriedad, como la Cuaresma”, detalló. 

“Lo llamamos ‘de Cenizas’ porque en la Misa se impone sobre la cabeza la ceniza que se obtiene al quemar las ramas del Domingo de Ramos del año pasado. Es un signo y gesto de humildad y llamado a la conversión. De esta manera recordamos la fragilidad de la vida humana, lo fugaz y lo transitorio de este mundo. Serán 40 días para disponer el corazón, revisar la vida y, sobre todo, crecer en la confianza en el amor de Dios por cada uno de nosotros. Es un llamado a la conversión para superar el conformismo y la mediocridad”, recordó. 

Desde este miércoles de cenizas, todos los miércoles de la Cuaresma monseñor Lozano preparará de unos minutos a modo de Reflexión Espiritual que nos ayuden a rezar en este tiempo.

Se pueden encontrar en Facebook del Arzobispado de San Juan o en la página del arzobispo, como también en Canal 4 y otros canales de la Provincia.