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‘CUANDO VENGAN A LLEVARSE A MAMÁ’

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Madre prepara a su hija para la persecución a los cristianos en Irán

“Estar encarcelada por causa de tu fe es una cosa, pero qué hacer cuando uno es separado de sus propios hijos”. Una madre cristiana de Irán, país que ocupa la posición 9° en la Lista Mundial de la Persecución, cuenta cómo preparó a su hija para la hora que la persecución tocara a su puerta.

Sabía que llegaría el día … el día en que tocarían el timbre de mi puerta y nos llevarían, a mí y a mi esposo, a la cárcel. Aunque todos a mi alrededor pensaban que yo era ama de casa, la verdad es que, yo estaba involucrada en el ministerio a tiempo completo. Cuando las autoridades lo descubrieron, se quedaron totalmente pasmados.

Comenzamos a preparar a nuestra hija Lily* para la persecución cuando aún estaba en la escuela primaria: «Cuando vengan y se lleven a mamá y a papá, no te preocupes», le dijimos. “La Biblia nos dice que es normal ser perseguidos por ser amor a Cristo. Nos llevarán a la cárcel, nos harán algunas preguntas y nos maltratarán. Entonces, volveremos.”

EL DÍA QUE PASÓ: LA PERSECUCIÓN EN IRÁN

“Era una madrugada de invierno cuando las autoridades vinieron a nuestra casa. Lily tenía 12 años en ese momento y ya se había ido a la escuela. Los oficiales rebuscaron todo. Luego nos mandaron, a mi esposo y a mí, que los siguiéramos.

De camino a la cárcel, pensé en Lily y en cómo ella sabría qué hacer cuando mi hermana la recogiera de la escuela y le dijera lo que sucedió. Estaba segura que Lily oraría por nosotros. Y cuando sintiera miedo, oraría más.

En la cárcel, mi esposo y yo nos separamos. Me permitieron llamar a Lily cuatro veces a la semana. Me interrogaban a diario; Pronto, encontraron mi punto débil. Mi pequeña niña.

Les dije todo lo que querían saber sobre mí, pero me negué a dar los nombres de otros. «Está bien», me dijeron, «Pero si no nos dan los nombres de los demás cristianos y contactos, no podrán llamar a su hija».

COLOCANDO A MI LILY EN LAS MANOS DE DIOS

«Estaba devastada. De vuelta en mi celda, no podía dejar de llorar. Sabía que hice lo correcto. Sin embargo, ¿cómo podría vivir sin saber cómo estaba mi hija? ¿Cómo podría consolarla si ella no podía oír mi voz?

Mientras oraba, de repente, sentí un viento cálido acariciando mis mejillas.

“Recíbelo”, escuché la dulce voz del Señor hablando conmigo.

Con cada soplo de aire cálido que tomé, sentí que mi cuerpo se llenaba de alegría. De hecho, ya no podía sentarme. Tuve que levantarme y comenzar a bailar por alegría y también comencé a alabar a Dios. Duró toda la noche. Toda la noche estuve bailando para el Señor, hasta la mañana siguiente, Dios me estaba dando la fuerza para poner a mi amada hija en sus manos.

No mucho tiempo después, fui liberada, al igual que mi esposo … a través de las lágrimas, volví a ver la cara de mi Lily. Ella me dijo que había estado orando mucho por nosotros. Pasar por todos esos momentos en oración y confiar en el Señor en medio de ello fue una experiencia completamente nueva para Lily.

Mirando para atrás, Lily dice que nunca creció tanto en la fe como durante ese tiempo que estuvimos en prisión. Preparé a mi Lily para lo que sucedería cuando se llevasen a sus padres. Y aprendí a poner a mi Lily en las manos del Señor, y Él la cuidó de manera milagrosa ”.

* Nombre y foto representativas por razones de seguridad.