El que somos y donde quiera que vivamos, todos tenemos las mismas prioridades: Asegúrese de que nuestros parientes viven con dignidad y seguridad, sin tener que sufrir el hambre, la sed o frío. Pero para millones de personas que viven en países asolados por la guerra y la violencia satisfacer estas necesidades básicas es una lucha diaria.
Conoce Nyamuch, una niña de cinco meses viviendo en el sur de Sudán. Ella habría conocido la situación de los huérfanos y sin el valor de su abuela y el apoyo del CICR.
Nyamuch nació en el monte cuando su madre y su abuela huyeron de los enfrentamientos que estallaron cerca de casa. Su padre no estaba con ella porque había huido hace unos meses.
Tres meses después del nacimiento de Nyamuch, su madre murió de enfermedad, dejándola sola con su abuela Nyabol. «Lloraba constantemente», recuerda Nyabol. «Para calmarla, le di agua tibia y cuando podía, leche ..»
La prioridad era que Nyabol nieta encuentra a su padre. Cuando se puso en contacto con un equipo del CICR, se le dio la poca información de que dispone: «Mi hijo está en un campo cerca de Juba. »
Eso fue suficiente para que nos encontramos con el padre de la niña, que fue capaz de cumplir por primera vez.
Con su apoyo, estas prioridades pueden convertirse en realidad.
En 2018, que reunió a 68 personas vulnerables con sus familias en el sur de Sudán y organizado cerca de 44 200 llamadas telefónicas entre miembros de familias separadas por el conflicto.
