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El Centro Juvenil Don Bosco en Freetown es una fábrica de salvar vidas a base de sonrisas en Sierra Leona

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Miles de niños y niñas vagan a diario por las calles de Freetown, la capital de Sierra Leona. No van al colegio porque son huérfanos o los han echado de casa y sobreviven en pandillas. En muchos casos provienen de familias numerosas en las que no hay comida ni espacio para todos… El coronavirus, en el último año, ha aumentado los problemas para estos chicos que no tenían dónde refugiarse durante el confinamiento. Sin embargo, gracias a los misioneros salesianos, el Centro Juvenil de la Parroquia Dwarzak, en Freetown, es una gran familia para ellos en donde juegan, aprenden y reciben comida a la vez que se preocupan por su futuro.

El padre Sergej es un misionero salesiano de Europa del Este que ha pasado la mayor parte de su vida salesiana en Sierra Leona. Ha estado con niños de la calle, con huérfanos del ébola y trabajando en diversos proyectos de Don Bosco Fambul incluso durante la pandemia. Desde hace tres años está al frente del Centro Juvenil de la parroquia Dwarzak, en Freetown, donde es un auténtico padre para decenas de menores abandonados o con muchos problemas en sus familias.

El Centro Juvenil Don Bosco ofrece a los menores y a los jóvenes un espacio para el tiempo libre y el deporte, para recibir ayuda escolar, comida, acompañamiento personal y espiritual en un ambiente seguro y saludable, y en el que la alegría y las risas son las protagonistas. Los misioneros salesianos promueven una actitud de servicio y generosidad en los niños, adolescentes y jóvenes que acuden al centro. Los ayudan a convertirse en verdaderos testigos de los valores que practican y los preparan para ser ciudadanos honestos a través de la formación cristiana y el desarrollo integral.

Las actividades promueven un ambiente alegre en el que los jóvenes se sienten seguros y libres

A diario, entre 50 y 100 niños y niñas de entre 7 y 18 años participan en las actividades recreativas, educativas y espirituales del centro juvenil. Medio centenar de jóvenes recibe asistencia nutricional tres veces por semana y 80 niños reciben asistencia educativa y espiritual en el centro juvenil Don Bosco seis días por semana. 

Otras actividades que se realizan en el centro Don Bosco son tenis de mesa, películas didácticas, actuaciones y concursos, banda musical, cursos de música… El centro juvenil también organiza seis días por semana programación deportiva con entrenamiento de fútbol y baloncesto, partidos amistosos en Lungi y Freetown, y competiciones deportivas propias. Además, el centro juvenil también sirve como lugar de encuentro y formación para los animadores y educadores.

La realidad de muchos de estos menores se encuentra en la calle, donde terminan envueltos en pandillas, robos, mendicidad o prostitución. Muchos, a pesar de su corta edad, han recibido palizas y tienen adicción al alcohol u otras sustancias estupefacientes. Pero si hay un grupo especialmente vulnerable, este es el de las niñas y las adolescentes. Ellas sufren violencia física y sexual, y en muchos casos se ven obligadas a prostituirse para poder comer.

Sierra Leona es uno de los países más pobres del mundo y a la vez más jóvenes y con la menor esperanza de vida. El 75% de la población tiene menos de 25 años y la mayoría de la población sobrevive con menos de un dólar al día. Ante esta situación, el trabajo de los misioneros salesianos con los niños, niñas y jóvenes más vulnerables está contribuyendo a cambiar el futuro del país. Las nuevas generaciones que van a la escuela conocen sus derechos y eligen su futuro gracias a que aprenden un oficio.