El Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) mostró este martes su inquietud ante el alarmante aumentó de niños utilizados como bombas humanas en el noreste de Nigeria.
El número de niños usados como bombas humanas en el noreste de Nigeria en lo que va de año es cuatro veces mayor que el registrado durante todo 2016.
Este alarmante incremento preocupa al Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), que recordó que los menores usados para realizar estas acciones deben ser considerados como víctimas y no perpetradores.
Según las cifras de UNICEF, desde el inicio de 2017, 83 niños, 55 de ellos niñas menores de 15 años, fueron usados en atentados que normalmente tienen como blanco a la población civil.
La responsabilidad de los ataques corresponde al grupo Boko Haram, pero no hay constancia de que la autoría de todos los asaltos corresponda a esa banda terrorista.
Los menores que fueron rescatados o lograron escapar del cautiverio de Boko Haram se enfrentan al rechazo en las comunidades de acogida, ya que éstas sospechan o temen las intenciones de los niños.
Para remediar esta situación, UNICEF proporciona apoyo psicosocial a los niños detenidos por Boko Haram y trabaja con familias y comunidades para fomentar la aceptación de los menores retornados.
