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«»LA RESPONSABILIDAD DEL NÚCLEO FAMILIAR»»

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Muchos padres responsabilizan a «las malas compañías» de conducir a sus hijos por el mal camino, pero la realidad es que a veces, la familia, sin darse cuenta, puede propiciar en el niño o el joven, el uso de drogas por varias razones:

Ausencia física de los padres u otros miembros de la familia.

Falta de apoyo emocional.

No establecer normas y límites.

No construir auténticas relaciones de afecto y limitarse a dar alimento, objetos y dinero.

Sobreproteger a los hijos, ignorar sus capacidades y no permitir su independencia.

Exceso de autoridad, que se manifiesta en frecuentes maltratos y castigos.

Permanente clima de discusión, tensión e incomunicación.
Despreocupación total por satisfacer las necesidades básicas de alimento, vestido, educación, recreación y afecto, creyendo que cuanto más trabajo pasen nuestros hijos, más aprenderán.

Poseer antecedentes familiares de consumo de drogas.

Predicar conductas que no se practican.

Ayuda al adicto….

Dejar el hábito de la droga sin ayuda externa puede resultar peligroso (debido a los síntomas de abandono) y difícil (debido a la necesidad psicológica).

Puede obtenerse ayuda y/o información a través de muchas agencias, dependencias y personas privadas y públicas. Por ejemplo:

Centros y clínicas de tratamiento de drogadicción, que se especializan en tratar a personas con problemas de drogas.

Hospitales que tratan a pacientes internados o externos.

Centros de salud mental y de orientación, que pueden tratar a personas con problemas de drogas analizando los problemas subyacentes.

Agencias de salud pública y de servicio social, pueden proporcionar consejos prácticos, derivar profesionales, etc.

Residencias intermedias, que brindan tratamientos en residencias para personas con problemas de Drogas.

Centros de desintoxicación, que se ocupan específicamente de los problemas de alcoholismo y otros relacionados a éste.

Todos los anteriores nos ofrecen diversos programas de tratamientos. Cada persona, de acuerdo a su caso, puede recibir uno o más clases de tratamiento, incluyendo:

Supervisión médica, para ayudar con los síntomas de abandono de la droga (como vómito, temblores, calambres, depresión severa, etc.)

Mantenimiento de la metadona, para los adictos a la heroína. Ésta bloquea la necesidad física de la heroína y deja que la persona vuelva a tener un estilo de vida más normal.

Orientación, psicoterápia, grupos de encuentro, etc. brindan un apoyo moral y contribuyen a tratar las causas de abuso de drogas.

Rehabilitación, incluyendo orientación vocacional puede ayudar a la persona a retomar una vida comunitaria más productiva.

Empleo de drogas, para eliminar los efectos de los narcóticos.

Comunidades terapéuticas, ayudan las personas que abusan de las drogas a mantenerse alejados de ellas y superar los problemas.

Tratamientos para adictos…..

En los programas de tratamiento se utilizan varios métodos para ayudar al paciente a encarar las ansias por la droga y, tal vez, a evitar una recaída. La investigación muestran que la adicción es tratable. El tratamiento que se ajusta a las necesidades individuales permite al paciente aprender a controlar su condición y vivir una vida relativamente normal.

El tratamiento puede tener un efecto profundo no solo sobre las personas que abusan de las drogas, sino también sobre toda la sociedad, al mejorar significativamente el funcionamiento social y psicológico, disminuir la delincuencia y la violencia relacionadas con las drogas. También puede aminorar espectacular-mente los costos del abuso de droga para la sociedad.

Las fases básicas del tratamiento….

El tratamiento se puede resumir en términos de un proceso dinámico secuencial o como un programa sistemático de tres fases relacionadas: .

Aceptar la impotencia de las drogas…..

La primera meta del tratamiento, una vez pasada la desintoxicación y el proceso de evaluación diagnóstica, es ayudar al paciente a admitir y aceptar que es impotente ante las drogas que alteran el estado de ánimo. En esta fase se le ayuda a aceptar el hecho que su vida se ha vuelto incontrolable (ingobernable) a causa de la adicción.