Más de un millón de niños y niñas son vendidos como esclavos.
9 millones de niños trabajan en condiciones de esclavitud
Pyalo es una niña de siete años que se levanta cada mañana para arreglar la casa y preparar el desayuno de la familia. Cuando era más pequeña sus padres la vendieron a una mujer con la promesa de encargarse de su educación, pero la realidad fue muy diferente.
Pyalo trabaja en el servicio doméstico a cambio de un techo y algo de comida.
La pobreza, el hambre, los malos tratos, la falta de oportunidades… son causas y, a la vez, consecuencias de la esclavitud infantil.
El lugar de los niños y niñas es una escuela en la que aprender, un patio donde jugar y una familia en la que recibir amor. Esa es la labor de los misioneros salesianos en más de 130 países para que los niños, niñas y jóvenes cambien su futuro.