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2022 un año de trabajo para frenar la desigualdad

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Nuestra indiferencia los condena al olvido

Acabamos de presentar nuestra Memoria de actividades de 2022. Un año en el que, contra viento y marea, trabajamos para derribar los muros de la indiferencia y rescatar del olvido a millones de personas a las que la creciente desigualdad condena al hambre y a la pobreza. Entra en nuestro especial Memoria 2022 para conocer esta labor.

Tener una nueva mirada que se centre, con honestidad y justicia, en las diferentes causas que impiden que millones de personas puedan vivir una vida digna. Solo desde el reconocimiento de esta realidad tendremos posibilidades de participar en su transformación.

Un año en el que la pandemia parecía ir perdiendo intensidad, según la presidenta de la organización, Cecilia Pilar, pero en el que, «desgraciadamente, sus consecuencias socioeconómicas causaron estragos entre las poblaciones más vulnerables y la desigualdad más lacerante acrecentó la brecha entre ricos y pobres hasta niveles nunca antes vistos».

Para paliar esa desigualdad y gracias a una recaudación de casi 50 millones de euros, la ONG de la Iglesia católica puso en marcha campañas para promover la concienciación y la solidaridad en la sociedad española. Esto le permitió aprobar 488 nuevos proyectos (en 55 países) para acompañar a personas y comunidades del Sur en su lucha contra la pobreza y en defensa de los derechos humanos, en un contexto marcado por el aumento del hambre, la violencia, los desplazamientos forzados y los impactos del cambio climático, entre otros retos de carácter global. Además, concluyeron con éxito tres convenios con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) en SenegalEcuador Filipinas.

Las palabras de Cecilia Pilar

Cecilia Pilar Gracia, presidenta de Manos Unidas | Foto: Hugo Pérez Marsol.

Para la presidenta de Manos Unidas, «son cifras que causan vergüenza y estupor y que, mucho nos tememos, seguirán aumentando impulsadas por los conflictos, el cambio climático, el acaparamiento de tierras, o la proliferación de las actividades extractivistas sin control, que esquilman campos, contaminan las aguas y arruinan para siempre la tierra que nos da de comer. Y con el hambre se intensificará la pobreza, las guerras, la falta de oportunidades y las migraciones».

Pilar también recordó el drama de la migración: «Recientemente, lo hemos visto… El mar Mediterráneo ha vuelto a convertirse en la tumba de decenas de personas que, engañadas por mafias de traficantes, dejaron todo para alcanzar su meta: una Europa que se muestra indiferente ante su desgracia».

Con la campaña 2022 («Nuestra indiferencia los condena al olvido»), Manos Unidas trabajó para evitar que el muro de la indiferencia y la desigualdad condenen al olvido a más de mil millones de personas empobrecidas y hambrientas, ante las que nunca deberíamos volver la espalda.

«No podemos permanecer impasibles ante la desigualdad que condena al olvido y a la marginación a mujeres, niños, ancianos, personas con discapacidad, minorías étnicas… a aquellos que representan a los “desheredados” de la Tierra», ha apuntado Cecilia Pilar.

En 2022, el informe «El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo» (SOFI), dio a conocer un dato alarmante: el número de personas que pasa hambre en un mundo en el que se tira la comida a espuertas había aumentado hasta los 828 millones. El cambio climático, los conflictos o la COVID-19 incidieron en el aumento del hambre.

Nuestro 2022 en cifras

Gracias a más de 73.000 socios y colaboradores y al trabajo de casi 6.500 voluntarios, los ingresos de Manos Unidas alcanzaron, en 2022, los 49,8 millones de euros, lo que supone un descenso mínimo del 2,0 % frente a 2021. La mayor parte de esos ingresos, el 88,2 % (43,5 millones de euros) proviene del sector privado (socios y colaboradores, parroquias, colegios, empresas…).

Las herencias y legados aumentaron un 7,4 % respecto a 2021, hasta alcanzar los 11,4 millones de euros. En 2022 se gestionaron 171 expedientes de testamentaría en 45 de nuestras delegaciones. En lo referente a los ingresos provenientes del sector público (Unión EuropeaAECID, ayuntamientos, diputaciones…), supusieron el 11,8 % (5,8 millones) del total ingresado.

Por su parte, en 2022, los gastos de Manos Unidas alcanzaron los 44,9 millones de euros, lo que supone un incremento del 6 % frente a 2021. De estos gastos, el 87,8 % se destinó a los dos fines principales de Manos Unidas:

  1. El primero, la Sensibilización y la Educación para el Desarrollo en España, que supusieron el 5,4 % de los gastos. Gracias a estas actividades, Manos Unidas mantuvo una intensa presencia en colegios, universidades, fundaciones, parroquias, foros, grupos de incidencia y medios de comunicación, entre otros.
  2. El segundo fin es la Financiación y Apoyo de los Proyectos de Desarrollo. En 2022 se aprobaron 488 proyectos nuevos en 55 países, lo que supuso un 82,4 % del gasto, un 4 % más con respecto al 2021. Este aumento vino propiciado por la finalización de la pandemia y la apertura de fronteras, lo que permitió aumentar el número de viajes para la identificación de proyectos.

La presidenta de Manos Unidas concluyó su exposición recordando que «nuestro trabajo puede que sea una gota de agua en un océano sembrado de necesidades e injusticias, pero ha hecho posible que, de una u otra manera, cambiemos la vida de 1,7 millones de personas».

El fin de los convenios

En este año, han finalizado los convenios, impulsadas en colaboración con AECID, en EcuadorSenegal Filipinas.

Ana Pérez y Jessica del Olmo, responsables de dichos convenios, han intervenido también en la rueda de prensa de presentación de la Memoria 2022:

Ana Pérez

Ana Pérez, de Manos Unidas, durante la Rueda de Prensa. | Foto: Javier Mármol

«Las mujeres del proyecto con Maquita, en Ecuador, han perdido el miedo a hablar en público,exponer sus pensamientos y defenderlos frente a las burlas y críticas».

«Que vayamos por la cuarta intervención, habla muy bien del buen funcionamiento del proyecto Karonghen, en Senegal. Las mujeres han recibido varios cursos de liderazgo, lo que ha aumentado la autoconfianza y ahora se sienten más capaces de tomar sus propias decisiones, y exponerlas y defenderlas con firmeza».

«Intentamos hacer los proyectos en los territorios donde la injusticia y el olvido son prominentes. También nos gusta que sean participativos, para que las comunidades se sientan implicadas».

Jessica del Olmo

Jessica del Olmo, de Manos Unidas, durante la Rueda de Prensa. | Foto: Javier Mármol

«En la isla de Mindanao hay un conflicto enquistado desde hace tiempo, muy relacionado con el acceso a las tierras y con la falta de derechos sociales básicos».

«No ha sido fácil trabajar a favor de los derechos humanos por la oposición frontal del gobierno en Filipinas. (…) Por otro lado, la implicación de las familias y las comunidades ha sido total».

«La entrega de los jóvenes, sobre todo en temas ambientales, ha sido muy notoria. (…) La educación para la paz ha servido para crear relaciones pacíficas entre alumnos y, además, han extendido esa armonía a sus entornos familiares».