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Una vida afectada por la guerra

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La vida de los cristianos sirios Ani y Saris ha cambiado por completo debido al prolongado conflicto que vive el país

Ani tiene casi 40 años y creció en una familia cristiana tradicional. Perdió a su madre muy joven. Su sueño era ser esposa y madre, una figura que echaba mucho de menos en su propia vida. «Soñaba con tener una hija que me llamara mamá«, dice.

Ese futuro pareció hacerse realidad cuando conoció a Sarkis y se casó con él en 2009. «En cuanto me casé, mi sueño era tener dos hijas. Quería educarlas bien, llevarlas a los mejores colegios, que estuvieran rodeadas de mis hermanos y amigos íntimos. Incluso esperaba abrir mi propio negocio».  Pero entonces empezó la guerra.

Como todo el mundo en Alepo, Ani y Sarkis sufrieron significativamente el impacto de la guerra en Siria desde los primeros días. «Recuerdo los dos primeros años. Yo tenía un empleo, pero la tienda donde trabajaba mi esposo estaba cerrada por estar demasiado cerca de los terroristas. Yo trabajaba en una zona segura, pero mi casa estaba en una zona de conflicto. A veces no podía ir a trabajar por causa de los francotiradores», cuenta.

Ani y Sarkis luchaban por llegar a fin de mes. «Mi esposo empezó a trabajar como taxista, trayendo personas del aeropuerto. Pero cuando bombardearon el aeropuerto, tuvo que dejarlo. Recuerdo que pasamos días muy difíciles. No siempre podía ir a trabajar, y si lo hacía, tenía que llegar muy temprano y marcharme tarde por la noche», cuenta Ani.

Aunque la guerra era intensa, Ani y Sarkis querían tener un hijo. «Nunca pensamos que el conflicto duraría tanto«, explica ella. Finalmente, tras cuatro años, en 2013, nació María. Cuando ella nació, Alepo estaba en los titulares mundiales casi todos los días. Durante mucho tiempo, la ciudad estuvo sitiada y ningún lugar era realmente seguro.

El día que todo cambió

Ani cuenta cómo su hija de siete meses sobrevivió a la explosión de un mortero. María fue sometida a cirugía para extraerle fragmentos de la cabeza

El 24 de marzo de 2014, el día después del cumpleaños de Ani, esperaba invitados para celebrarlo. Aún tenían electricidad, algo raro en Alepo en ese momento de la guerra. Ani alimentaba a María cuando cayó el primer mortero frente a su casa. «Mi esposo me dijo que bajara, ya que vivíamos en el quinto piso. Tomé a María y fui a la casa de un vecino en el segundo piso».

«Llevaba a María en brazos y apenas me senté. Fue cuestión de segundos. No podía entender lo que había pasado. Me vi volando con María llorando en mi regazo, pero no oía nada». La explosión del mortero hizo que Ani y María salieran volando por la habitación, con un ruido que ensordeció a Ani. «María y yo caímos, pero ella seguía en mis brazos», dice. Cuando miró a su hija, vio que tenía el cuero cabelludo levantado y una gran herida en la cabeza. Sin saber qué hacer, Ani bajó corriendo las escaleras.

«No recuerdo lo que pasó después. Sé que un hombre envió a María al hospital en ambulancia. Me llevaron en coche, pero sabía que le había pasado algo», explica. María fue sometida a una larga operación. Para ello, Sarkis firmó un documento de consentimiento, porque había un 75% de posibilidades de que la bebé no sobreviviera.

«Durante la operación, extrajeron fragmentos del mortero que había penetrado en su cabeza. Sin embargo, quedó un pequeño trozo. Según los médicos, era demasiado arriesgado extraerlo. Y aunque era frágil, María sobrevivió milagrosamente«, describe su madre.

María ingresó primero en la UCI y permaneció hospitalizada casi tres semanas. «Antes de salir del hospital, hablamos con el médico, que nos explicó que no podían estar seguros de los efectos a largo plazo del impacto en el cerebro de María». Sólo tenía siete meses y no caminaba ni hablaba. La pareja se sintió aliviada de que María estuviera viva.

Proyectos de generación de ingresos

Para muchos, la vida en Siria es insoportable, por eso muchos cristianos han abandonado el país. Sin embargo, cuando reciben ayuda, otros cristianos deciden permanecer en el país y representar la luz de Jesús en medio del caos. Con una donación, puedes conseguir que más familias cristianas sirias se beneficien de proyectos para generar ingresos y reformar sus casas.

Fuente:  Puertas Abiertas América Latina