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El poderoso ministerio a mujeres traficadas norcoreanas

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Descubre el ministerio de Hwa-Young, trabajadora de Puertas Abiertas en China

Desesperadas y vulnerables, muchas mujeres norcoreanas no tienen idea de lo que les espera cuando llegan al noreste de China. Vendidas para matrimonio o servidumbre, la mayoría son abusadas y maltratadas por sus nuevos maridos y captores. Pero para algunas mujeres, esta nueva vida provee una esperanza imprevista cuando algunos y algunas valientes evangelistas les alcanzan: evangelistas como Hwa-Young*.

«Cuándo subiste por primera vez al avión para ministrar entre las mujeres norcoreanas traficadas, ¿tenías dudas?», le pregunta un trabajador de Puertas Abiertas.

«No hay dudas, no hay miedo», responde Hwa-Young. «Soy una mujer experimentada. Los dos primeros años fueron más difíciles de lo que pensaba, pero ahora no tengo ningún miedo a la muerte. Soy una mujer soltera y, si es necesario, no me importa morir por esta causa».

Criadas en el miedo: pobreza, ejecuciones y abusos

Alcanzar a las mujeres de Corea del Norte ha sido un reto para Hwa-Young, no sólo por las barreras culturales y los problemas psicológicos que esto conlleva.

«Pyongyang fue una vez la Jerusalén del Este», explica Hwa-Young, refiriéndose a cómo el cristianismo prevalecía antiguamente en la capital. «Ahora la gente tiene que adorar a los ídolos de Kim Il-Sung y Kim Jong-Il en esta ciudad … las mujeres se criaron con el miedo”.

«Crecieron en la pobreza extrema, siempre tienen hambre. Todas saben lo que es preocuparse por la comida, comer de la basura y mendigar comida”.

Hwa-Young continúa hablando, haciendo un retrato de lo que supone ser mujer en Corea del Norte, ya desde pequeñas. “Empiezan a ir a la escuela preescolar cuando tienen alrededor de cinco años, pero ya están obligadas a ver ejecuciones públicas. A veces, amigos o vecinos son asesinados frente a sus ojos… Incluso cuando son mayores y abandonan el país, todavía experimentan esa presión psicológica del miedo. Hay mucha más libertad aquí en China, pero aun asó las mujeres no están seguras. Además, la mayoría de ellas han sido abusadas, tanto en Corea del Norte como en China. Se sienten entumecidas, ni siquiera sienten el dolor».

La historia de Grace

A través de años de experiencia y trabajo, Hwa-Young ha estado contactando con estas mujeres profundamente rotas, enseñándoles sobre el perdón. Y muchas han sido cambiadas por el amor de Jesús.

Una de estas mujeres era una mujer llamada Grace*. Pero un día, Hwa-Young recibió la llamada que nunca le gustaría recibir: Grace estaba desaparecida. Incapaz de obtener una tarjeta de identidad debido a su residencia ilegal en China, Grace había sido repatriada a Corea del Norte. «Me sorprendió y no supe qué hacer», dice Hwa-Young. «Tenía miedo, no por mí, sino de que otras mujeres también fueran arrestadas».

Hwa-Young descubrió más tarde que Grace había sido llevada a un campo de prisioneros de Corea del Norte como una «desertora». Un oficial de policía preguntó si Grace conocía a alguien con dinero que estuviera dispuesto a liberarla. Grace hizo una llamada telefónica desesperada a China, y sus amigos fueron capaces de recoger la enorme cantidad de dinero requerida. Afortunadamente, fue liberada un mes después.

«Después de dejarla ir, se quedó con sus hermanas durante seis meses para recuperarse», dice Hwa-Young. «Entonces escapó de nuevo a China y fue recibida de nuevo en nuestro grupo».

Apoyando a las mujeres norcoreanas

Hwa-Young es una de los numerosos trabajadores de Open Doors que sirven a las mujeres norcoreanas traficadas en China. Cada año sirven a alrededor de 150 a 250 mujeres con asistencia práctica, cuidado pastoral y estudios bíblicos.

«La meta de nuestro proyecto es levantar mujeres líderes para el futuro», dice Hwa-Young. «Cada verano e invierno tenemos estudios bíblicos más intensivos para mujeres que muestran la voluntad y el potencial para convertirse en líderes».

Alrededor de diez de estas mujeres están siendo formadas para convertirse en líderes en el ministerio a mujeres en China. El sueño a largo plazo es que estas mujeres ayuden a construir la iglesia del futuro en Corea del Norte, el país que actualmente se ubica como el lugar más hostil para los cristianos en el mundo en la Lista Mundial de la Persecución de Puertas Abiertas.

Tú también puedes ser parte del trabajo de Puertas Abiertas con los creyentes norcoreanos con tu donativo.

* Nombres cambiados por razones de seguridad