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EL ESTIGMA DE LAS MUJERES ADICTAS»

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Las adictas a la droga alcohol suelen tomar en su casa, a escondidas, ocultando las botellas en los muebles y electrodomésticos; a diferencia de los hombres alcohólicos, quienes salen a tomar y ya regresan borrachos.

Las ADICCIONES en las mujeres sigue siendo un problema oculto, de esos de los que no se hablan demasiado, pero existe y hace estragos en las mujeres enfermas como en sus parejas e hijos/as no tomadores, quienes sufren por los conflictos desatados, se vuelven controladores y terminan siendo enfermos del alcohol sin nunca haber tomado. “A diferencia del hombre adicto a la droga alcohol, quien toma afuera y cuando llega a su casa ya está borracho y, se enoja con todos porque quiere estar tranquilo y seguir tomando; la mujer tiene la rutina de tomar dentro de la casa, a escondidas, ocultando las bebidas y los vasos en el placard, en el lavarropas, generándose toda una serie de trastornos familiares porque (socialmente) sigue siendo la organizadora de la casa”, destacó el médico clínico Javier Pueyrredón, integrante de la junta de Servicios Generales de Alcohólicos Anónimos (AA). Consultado sobre si pesa un estigma social en las mujeres que sufren esta adicción, el profesional afirmó que “sí, es una sociedad machista, pero el alcohol hace estragos” sin distinguir sexo. “Cuando un papá llega borracho y agresivo, los hijos/as se van de su lado y la familia lo ve como un enfermo. En cambio, si la adicta es una mujer, hay un estigma social.

Es distinto ver a un hombre alcoholizado que a una mujer, a uno le da más lástima, pero la enfermedad es la misma y hacen los mismos desastres. A la mujer alcohólica le pasa lo mismo que a los hombres: pierde. Esta es una enfermedad de pérdidas: pierde la familia, el trabajo, los amigos/as”, advirtió el profesional. En este marco señaló que “el alcoholismo en la mujer se da igual que en el hombre, lo que pasa es que tiene otras consecuencias. El cuerpo de la mujer lo absorbe más rápido”.

Edad de inicio

Respecto a las edades de inicio, Pueyrredón indicó: “Hoy, tanto los chicos como las chicas empiezan a tomar alcohol a los 12, 13 años. A esa edad no son enfermos alcohólicos, son adolescentes que prueban sustancias pero algunos/as van a quedar pegados y otros/as no.

Así van a llegar hasta los 24, 25 años cuando van a ir dejando y lo dejan más las mujeres que los hombres, ellas son más responsables. Las mujeres toman conciencia más rápido porque son más adultas que los varones, entonces dejan porque se dan cuenta que tienen problemas. Y si bien habrá mujeres que quedarán pegadas al alcohol al igual que los hombres, las rutinas son distintas”. En este sentido destacó que pese a que “la mujer trabaja a la par del hombre, tiene la rutina (socialmente establecida) de estar más metida en su casa, de ser la organizadora familiar, por lo que la rutina de beber la tiene en su hogar, no sale a tomar afuera, como sí hace el hombre, generándose una serie de conflictos familiares. Y si convive con personas no tomadoras -pareja, hijos/as, demás familiares- se vuelven locos/as controlándola y terminan siendo enfermos/as del alcohol sin nunca haber tomado”. Por ese motivo, sostuvo que es importante que los familiares de la persona adicta también busquen ayuda para saber que “se trata de una enfermedad, de la droga alcohol”; y ejemplificó: “cuando uno/a tiene un familiar diabético aprende a tratarlo; a un familiar celíaco, aprende a cocinar comida para celíacos; si hay uno/a hipertenso, cocina sin sal. Son enfermedades crónicas, por lo que también hay que saber a tratar a una persona alcohólica” para ayudarlo/a.