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El Desarrollo Indígena llega a las aulas

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Se prepara para egresar la primera promoción de la Tecnicatura Superior en Desarrollo Indígena.

Fueron 70 los alumnos que en el 2015 comenzaron a cursar esta novedosa carrera, y hoy son nada menos que 54, los que están en condiciones de concretar el tercer y último año de la Tecnicatura Superior en Desarrollo Indígena.

Se trata de una novedosa propuesta académica que por primera vez dicta en el norte de la provincia de Salta el COAJ (El consejo de Organizaciones aborígenes de la provincia de Jujuy).

La carrera tiene varias características que la hacen particular; por un lado el modo en que fueron elegidos los alumnos. Cada comunidad eligio internamente a aquellos que los representarían en la cursada en su condición de estudiantes y que luego serían los encargados de volcar en la comunidad ese conocimiento. Y, a la vez, recogería de cada pueblo su cultura y su cosmovisión en los más diversos aspectos.

Un dato llamativo, es el bajo nivel de deserción que tuvo la carrera: en los tres años solo 16 de los 70 alumnos, abandonaron. Un porcentaje mucho menor al que se registra en cualquier escuela o instituto de nivel superior en toda la geografía provincial.

Natalia Sarapura, rectora del Instituto de Educación Superior Intercultural Gloria Pérez y principal referente del COAJ (nacido hace 20 años en Jujuy), explicó: “En nuestro país las deserciones más altas se dan en el nivel superior y se debe al hecho de que en la mayoría de los casos los alumnos deben trabajar y estudiar”.

Otro hecho destacable es el modelo educativo implementado en el Instituto; una suerte de desafío en cuanto a la formación que ofrecen los terciarios de cualquier otra provincia o región del país.

“Nuestro hincapié está puesto en formarlos para el desarrollo social y la acción comunitaria; promover que los hombres y mujeres se comprometan más con sus comunidades; que revaloricen y reconozcan su identidad y que desde esos pilares puedan luego convertirse en actores del desarrollo que las comunidades necesitan”, explicó.

Una tercera característica de esta carrera es la diversidad etaria de su alumnado: a clases asisten chicos recién salidos del secundario como también abuelos y abuelas que tienen más de 50 años. Lejos de ser un problema, la diferencia de edad fue tomada como una gran ventaja ya que generó un diálogo intergeneracional muy enriquecedor, además de que la oralidad es una de las principales pedagogías utilizadas entre indígenas.

Por último y quizás lo más destacable es la la gran diversidad cultural que forma esta primera promoción de Técnicos en Desarrollo Indígena.

“Trabajamos con los pueblos wichi, guaraní, chulupí, chané, toba, tapiete. Ha sido un desafío y ya tenemos muchos pedidos para poder brindar este tipo de formación en otros puntos, como el departamento Orán o la zona de Nazareno, donde también residen comunidades indígenas importanteas”, explicó Sarapura.