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Campamentos clandestinos de verano que cambian vidas

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ASIA CENTRAL

Puertas Abiertas organiza campamentos secretos para niños en Asia Central. En muchas de las pasadas repúblicas soviéticas está prohibido enseñar a los niños sobre religión. En estos campamentos Dios obra muchos milagros. Damir*, un adolescente de familia adinerada, reservó habitación en un hotel cercano al campamento, al cual se presentó con su novia. Su motivación no era del todo correcta, pero entonces, Dios tocó a su puerta

Damir, de 16 años y perteneciente a una familia rica musulmana, es el más joven de la familia, con dos hermanas mayores que él. Su padre es un oficial de alto rango en el país. Al ser el más pequeño, sus padres le mimaban y nunca le negaron ninguna petición. Si quería un teléfono o una bicicleta nueva, inmediatamente se lo compraban. Conseguía cualquier cosa que quería. Era muy buen hijo, obediente, respetuoso y buen alumno en el colegio. Sin embargo, su actitud con la gente era arrogante y altiva. “Yo siempre pensé que era el mejor dentre mis compañeros y estaba orgulloso del nivel social de mi familia. Pensaba que podía usar a la gente como yo quería”, dice.

La primavera pasada, Damir se encontró en la escuela con una chica llamada Kamila*. Le gustó y comenzaron a ser amigos. Tras haberse conocido durante unos pocos meses, Kamila fue a un campamento cristiano de verano. A pesar de que sus padres eran musulmanes, le permitieron ir ya que el precio era muy bajo y ellos eran muy pobres. Era una buena oportunidad para Kamila.

Damir decidió ir también, pero no como campista. Reservó una habitación en un apartamento de vacaciones que estaba al lado del campamento y aprovechar para pasar tiempo con su novia sin el control de sus padres. A la mañana siguiente…, cambió su vida.

Los monitores se dieron cuenta que Kamila había desaparecido. No la podían encontrar en ninguna parte. Al final se enteraron de la existencia de Damir. La directora del campamento, Sharifa*, tocó a la puerta y cuando entró se dio cuenta de que había llegado justo a tiempo. Kamila estaba allí, asustada, ya que no esperaba que alguien la encontrase. Se fue llorando con una de las monitoras.

“Sentí que debía hablar con Damir, que Dios quería tocar su corazón” comparte Sharifa. “Comencé preguntándole quién era y dónde vivía, a lo que contestó descarada y arrogantemente”. Entonces tuvieron la siguiente conversación:

Sharifa: “¿La amas?”

Damir: “Bueno, me gusta”

Sharifa: “¿Qué pasaría si la dejas embarazada?; ¿Te casarías con ella?”

Damir: “No, no estoy preparado”

Sharifa: “Te gustaría construir tu propia vida primero, ¿no?  

Damir: “Sí”

Sharifa: “¿Tus padres te ayudarían a tener una buena educación y un buen trabajo en el futuro?”

Damir: “Sí, mis padres hacen lo que sea para apoyarme”.

Sharifa: “Estoy segura de que en unos años te casarás con una buena chica, pero probablemente no sea Kamila”.

Damir: “Supongo”.

Sharifa: “¿Y qué hay de Kamila? ¿Qué pasaría si ella se quedase embarazada y tú no te casases con ella? ¿Tendría un aborto?

Damir: “Supongo”.

Sharifa: “¿Y si se quedase infértil por culpa de ello?

Damir: “Sé que es una posibilidad”.

Sharifa: “Imagínate…, mientras tú serías un hombre exitoso de unos treinta años, con un buen trabajo y una familia feliz, Kamila probablemente estaría sola. Su vida a los 30 años estaría vacía, nadie querría casarse con ella por ser infértil y, como muchas otras chicas en nuestro país, podría acabar hasta suicidándose. ¿Qué piensas sobre eso? Eres un joven inteligente y yo no soy tu maestra. No voy a enseñarte nada, pero controlaré el contacto con Kamila mientras ella esté aquí. Después del campamento, tú eres el responsable y puedes decidir.

Sharifa se fue. A la tarde, Damir fue al campamento a hablar con Sharifa. “Volví porque sus palabras me han hecho pensar. Entiendo ahora que soy hombre y responsable de mis actos. Prometo que no intentaré estar a solas con Kamila”. Entonces, pidió permiso para participar en las actividades del campamento. Se unió a los juegos, a las reuniones evangélicas y a las lecciones bíblicas, y visitó el campamento cada día.

Un día el tema de la lección era “Una visión bíblica sobre la relación entre chicos y chicas”. Según Damir, aquella lección cambió enteramente su comprensión respecto al tema. Durante una de las reuniones, decidió aceptar a Cristo. “Vine a este campamento con un solo objetivo, tener intimidad con Kamila, algo nuevo para mí y para ella. No lo quería por amor, sino porque quería estatus y popularidad. No era consciente de las consecuencias. Ahora me doy cuenta de que lo que necesito es tener una relación cercana e íntima con Cristo. Mi relación con las chicas debe ser pura; soy responsable de controlarme y no dar lugar al pecado”.  

Damir vino al campamento por los motivos equivocados, pero Cristo le salió al encuentro. Su vida y actitud hacia la gente cambió completamente. Después del campamento, Damir y Kamila tomaron la decisión de ser amigos mientras buscaban la voluntad de Dios para sus vidas. Oraron juntos para que sus padres también encontraran a Dios. Los padres de Damir no son musulmanes estrictos, pero se consideran musulmanes de tradición. “Quiero que mis padres y mis hermanas encuentren a Cristo para aprender acerca de Su amor. Pero tengo miedo de su oposición. Orad para que Dios me de valentía para compartirlo con ellos”, dice.

Damir no es el único adolescente que se enfrenta a este problema. Después del campamento, los niños y adolescentes quieren compartir su fe con sus familiares. En algunos casos, los parientes se resisten y les presionan. Algunos son forzados a volver al islam. Una joven adolescente escondió su Biblia en el piso para que su familia no descubriera que se había convertido. Finalmente, su madre descubrió la Biblia y le dio una paliza. Sin embargo, otros padres han conocido la fe a través del testimonio de los niños. Estos niños necesitan ayuda ya que están en el frente de batalla. 

Sharifa comparte: “Tras el último verano, las clases de escuela dominical han crecido significativamente. Doce niños y adolescentes nuevos han empezado a venir, algunos de los cuales han invitado a sus amigos y familiares. Y esto también es así en otras iglesias del país.  Hemos llegado a la conclusión de que estos campamentos de verano son de los métodos más efectivos métodos para llevar el Evangelio a los niños y adolescentes. Esta es una nueva generación de creyentes que cambiará el futuro de nuestro país”.

En los campamentos de verano financiados por Puertas Abiertas en 2016, el 70% de los niños y adolescentes campistas aceptaron a Cristo. Casi todos ellos son de familias musulmanas.

*Nombres cambiados por razones de seguridad