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París: abrimos un nuevo centro para menores no acompañados

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El centro de día de Patin busca brindarles asistencia jurídica, atención médica y de salud mental, y servicios sociales. Se estima que, a finales de año, unos 25.000 jóvenes habrán solicitado el estatuto de menor no acompañado en Francia.

Tras largos y arduos viajes realizados sin la protección de sus familias, muchos de los jóvenes migrantes no acompañadosque llegan a Francia no reciben asistencia alguna por parte las autoridades. Tampoco se les proporciona refugio, lo que les obliga a dormir a la intemperie y a vivir en terribles condiciones. Por ello, abrimos mañana un centro de día en Pantin, un municipio a las afueras de París, en el que ofreceremos a los menores no acompañados en la zona un lugar de descanso dotado de atención médica y apoyo administrativo.

Se estima que a finales de 2017 y en tan solo un año, 25.000 jóvenes habrán solicitado el estatuto de menor no acompañado en Francia. Una situación extremadamente grave en la que “muchos jóvenes que dicen ser menores de edad no reciben asistencia y duermen a la intemperie en las condiciones más espantosas, rodeados de grupos de adultos y a merced de redes de traficantes de personas”, describe Corinne Torre, nuestra coordinadora general en Francia.

“Se necesita urgentemente un sistema de refugio, cuidado y orientación en un entorno seguro y humano», reclama.

El apoyo brindado en el centro a los jóvenes que dicen ser menores no acompañados incluirá asistencia jurídicaatención médica y de salud mental y servicios sociales. En cooperación con varias asociaciones (ADJIE, Safe Passage y COMEDE) y abogados de los colegios de París y Sena Saint-Denis, nuestros equipos harán un seguimiento de cada situación individual y ofrecerán apoyo específico a cada persona que lo necesite.

«El centro de día, abierto de 9 a 17 horas, estará disponible para 50 jóvenes que serán remitidos por las asociaciones con las que trabajamos. Algunos habrán llegado recientemente a Francia, otros estarán con el proceso de solicitud del estatuto ya iniciado, y habrá otros a los que ya les hayan rechazado esta solicitud. Queremos ayudarles a que conozcan sus derechos y, si así lo desean, presentar una apelación ante el tribunal de familia. También queremos darles acceso a atención médica en un lugar seguro y pacífico», explica Corinne Torre.

La mayoría de estos jóvenes, que han estado expuestos a peligros extremos durante largos y duros viajes migratorios, a menudo se encuentran solos y en un ambiente hostil cuando llegan a Francia. Se enfrentan a una falta de información y transparencia, tienen muy pocas instalaciones de recepción disponibles y se encuentran ante un laberinto de burocracia administrativa y de respuestas negativas,  a veces incluso para poder registrar sus peticiones. Algunos logran solicitar protección infantil y, si son reconocidos como menores, son atendidos por los servicios encargados para ello. Aquellos cuyas peticiones son rechazadas, son expulsados del sistema legal y se les niega cualquier asistencia adicional.

«Esta es una de las razones por las que queríamos abrir el centro», continúa Torre. «Llamamos no solo a la protección incondicional de estos jóvenes como menores en situación de riesgo, sino también a la defensa de la presunción de minoría de edad, a menudo transgredida».