En el barrio marginal de Kacherapalem, en el estado de Andra, viven alrededor de 800 personas repartidas en cerca de 150 tiendas y cabañas. El asentamiento existe desde hace 20 años y se encuentra debajo de un puente muy cerca de ferrocarril. No hay baños, ni electricidad en las casas, así que sólo usan lámparas o velas. Los niños no asisten a la escuela porque los padres no pueden pagarla y prefieren que sus hijos trabajen.
La educación llegó para los menores hace un año al barrio de Kacherapalem. La mayoría de los adultos de la zona recoge basura en la calle para el reciclaje: plástico, vidrio, metal y cartón. También venden artesanías o productos de frutas y de eso viven. Los Salesianos de Vishakapatnam comenzaron bajo una pequeña carpa hasta que en febrero pasado un viajero italiano llamado Massimiliano visitó el barrio pobre y dejó una pequeña contribución, con la que se pudo construir una choza de madera para que hiciera las veces de escuela.
Esta nueva estructura, aunque pequeña, permitió llegar a un mayor número de niños (alrededor de 60 menores con edades comprendidas entre 4 y 14 años) con un impacto positivo en toda la comunidad. Los objetivos de proporcionar una educación básica que les sirva de puente para logra el nivel escolar del país, proporcionarles una comida diaria y asistencia médica y la creación de un centro donde puedan jugar y divertirse se han cumplido con creces en este tiempo.
De esta manera, a lo largo del pasado año alrededor de 60 niños y niñas de las favelas tienen un lugar pequeño pero limpio y seguro para aprender, jugar, comer y crecer juntos.
De vuelta a Italia el viajero comenzó una recaudación de fondos para el proyecto y, a través de la venta de sus libros de viaje y la organización de varias presentaciones públicas y escolares, consiguió 4.000 euros para la construcción de un lugar para impartir clases, enviados a través de la Fundación Don Bosco nel Mondo.
Los Salesianos también han promovido varias iniciativas para que los padres de familia participen activamente en el proyecto. Estas últimas semanas, además, con motivo de la celebración de la Navidad, Massimiliano y el dibujante Guzio han creado una caricatura que representa el proyecto. En esta imagen, la esperanza se resume en un futuro mejor citando las palabras de Santa Teresa de Calcuta: “La paz comienza con una sonrisa”.
