Inicio Religión Programas educativos y sociales en Myanmar que cambian la vida de los...

Programas educativos y sociales en Myanmar que cambian la vida de los menores y de sus familias

426
0

Myanmar está disfrutando de un gran crecimiento económico aunque no todas las personas pueden disfrutar de las oportunidades y los beneficios de esa expansión al vivir en la pobreza. Los misioneros salesianos están al frente de 10 centros en el país y se dedican, fieles al espíritu de Don Bosco a ayudar a los más necesitados y ofrecer educación especialmente a los más vulnerables.

Entre los ejemplos de esa dedicación a los menores y jóvenes de Myanamar se encuentra el Centro de Capacitación Vocacional de Myitkyina, en el que los misioneros organizan campamentos de verano cada año que ayudan a más de 1.200 niños y niñas que reciben cursos sobre valores sociales, protección infantil, conciencia sobre las drogas y liderazgo.

También, en la región de Wa, los misioneros salesianos brindan educación y asistencia médica a jóvenes de más de 400 tribus, y en Anisakan y May Myo aproximadamente un centenar de mujeres viudas recibe suministros semanales de alimentos y apoyo educativo para sus hijos.

En la ciudad de Mandalay la pobreza ha arrastrado a muchos niños a vivir en la calle en condiciones inhumanas. Estos jóvenes no tienen acceso a la educación, consumen drogas, se alimentan de restos de comida, rara vez encuentran pequeños trabajos y robar es su ocupación para sobrevivir, aunque tienen a los misioneros salesianos que se preocupan por ellos y por fu futuro.

La prisión juvenil se encuentra en unas condiciones lamentables y los únicos servicios educativos ofrecidos en la penitenciaría son llevados a cabo por misioneros salesianos.

Otro ejemplo de la ayuda a los jóvenes de Myanmar la ofrece Don Bosco Friend Youth Center, que se creó como un refugio seguro para que los menores de la calle eviten la prisión juvenil accediendo a un albergue, una nutrición adecuada y educación.

La instalación, que funciona las 24 horas del día, está dirigida por el padre Peter Myo Khin y proporciona alojamiento temporal, comida, atención médica y educación formal y no formal. En él, cerca de 30 menores, de entre 4 y 18 años, viven en el centro permanentemente mientras que hay docenas más de servicios de acceso sin cita previa. Si los niños del centro no quieren asistir a la escuela pueden realizar una educación no formal en el centro.