Con mucha alegría nos reencontramos para seguir compartiendo, como lo hacemos desde hace más de 15 años a través de nuestro boletín Huellas de Esperanza, los anhelos, esfuerzos y las esperanzas de nuestras comunidades que trabajan silenciosamente para promover la vida de los hermanos que más nos necesitan.
El 2018 comenzó con un intenso trabajo de los equipos MAGRE (Medio Ambiente Gestión de Riesgos y Emergencias) para dar respuesta, desde los distintos planos diocesanos, regional y nacional, a las consecuencias derivadas de las copiosas precipitaciones registradas en el norte de nuestro país. Las tareas para recomponer la situación de las familias damnificadas aún continúan al día de hoy.
El año se inició también con mucha actividad en las distintas áreas de trabajo de Cáritas. Entre otras acciones, los participantes de la red de ECOSOL (Economía Social y Solidaria) llevaron a cabo el 3º Encuentro Nacional de Emprendedores. Por su parte los animadores diocesanos comenzaron el proceso de trabajo con la realización del XVIII Encuentro Nacional de Referentes de Colecta. Y, a su vez, los integrantes del Área de Abordaje Pastoral y Comunitario de las Adicciones, junto a los Centros Barriales de todo el país, se reunieron en Luján para compartir experiencias y celebrar los 10 años de vida de los Hogares de Cristo, nacidos por iniciativa del entonces Cardenal Bergoglio.
No menos intensa fue la actividad en las distintas regiones pastorales, que se fueron reuniendo desde el comienzo del año. Sucede que, a fines de abril, se realizarán en la provincia de Córdoba el XV Encuentro Nacional junto a la XIX Asamblea Federal, que son dos acontecimientos de gran trascendencia en la vida institucional de Cáritas.
Para la preparación de los mismos, se inició a comienzos de 2017 un proceso de reflexión y discernimiento en las comunidades de todo el país, cuyas conclusiones se fueron sintetizando en los últimos meses. Los encuentros regionales son parte de este intenso proceso que se está llevando adelante, con mucha alegría y esperanza, con el fin de reafirmar y dar mayor impulso a nuestra vocación y misión.
Así, iniciamos el año con mucho trabajo, en un contexto de grandes desafíos frente a una realidad que nos demanda un mayor compromiso, como sociedad y como Iglesia, para dar respuesta a las dolorosas situaciones de desigualdad que lastiman a tantos hermanos. Queremos una sociedad mejor y trabajamos para hacerla realidad.
Que Nuestra Señora de Luján, Madre de los argentinos acompañe y bendiga nuestros esfuerzos. Les deseamos una muy feliz Pascua, para ustedes y para sus familias.
