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La Hambruna En Sudán del Sur lleva a cientos de familias a los Salesianos

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Los limitados recursos de los Salesianos no son suficientes, pero están sirviendo para paliar la situación de hambruna declarada días atrás en diversas zonas de Sudán del Sur. Cientos de familias acuden a las obras salesianas en busca de refugio y comida ante la imposibilidad de sentirse seguros en medio de la violencia y no poder comprar alimentos por la elevada inflación y la sequía. La ayuda exterior se hace imprescindible.

Los Salesianos en Sudán del Sur continúan con su trabajo pastoral y de atención a la población en medio de las graves dificultades. Desde la independencia del país en 2011 el país atraviesa una situación crítica arrinconado económicamente y rodeado de violencia por las luchas por el poder político y los recursos naturales.

La atención a los desplazados que huyen de la violencia en busca de seguridad en sus instalaciones y de algo de comida para alimentar a sus hijos es la principal prioridad de los misioneros salesianos en los últimos años, y la situación se ha agravado en las últimas semanas por la hambruna declarada que sufre el país.

Después de Navidad ha habido un aumento de constante en el número de desplazados que han llegado a las diferentes instalaciones salesianas.

La hambruna oficial ha supuesto una llamada de atención internacional a una situación que sufre el país en los últimos años. “Nuestra comunidades salesianas están bien excepto la de Morobo, que está cerrada temporalmente debido a la violencia, a los saqueos y a la destrucción de nuestra obra”, asegura el padre Shyjan, ecónomo de la inspectoría.

“En el caso de Gumbo tenemos dos campos de desplazados internos que tienen capacidad para 1.000 familias (aproximadamente 10.000 personas), pero también asistimos a cientos de familias que también están muriendo de hambre debido a la crisis. Nuestros centros Mori, Mafao, Mogri, Belyngang y Niseethy también están en necesidad de ayuda constante porque los precios de los alimentos han aumentado un 1.000% y es imposible que las personas compren ni siquiera lo indispensable”, asegura el misionero salesiano.

Los Salesianos también atienden en Wau a miles de desplazados internos que huyen de la violencia. “En nuestro recinto de la iglesia tenemos a más de 2.500 personas acogidas y nuestra parroquia también llega a los miles de desplazados en varios lugares dentro de la ciudad”, asegura el padre Shyjan.

A LAS PUERTAS DE UN GENOCIDIO

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LUCHAS POR EL PODER Y LOS RECURSOS NATURALES

El 9 de julio de 2011 marcaba una esperanza para Sudán del Sur, que se convertía en el país más joven del mundo al independizarse del norte.

Con una población de más de 12 millones de habitantes y una dependencia total del petróleo, la inestabilidad, la corrupción y el descenso en la producción y en los precios del petróleo desencadenaron pronto una crisis humanitaria que desembocó en un conflicto interno en diciembre de 2013.

Las divisiones étnicas en los puestos de poder es uno de los motivos, pero el control de los recursos naturales del país y los intereses de potencias extranjeras tienen mucho que ver en esta dramática situación para la población, que vive rodeada de una violencia que ha sido comparada al genocidio de Ruanda de 1994.

El repunte de la violencia en julio pasado elevó los precios y disminuyó la producción, sumiendo al país en la actual situación de hambruna y en la necesidad de ayuda exterior para poder sobrevivir.