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Prohibido convertirse, excepto si te haces hindú

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En muchos estados, la «ley contra la conversión» afecta a todas las religiones menos al hinduismo.

Un nuevo informe afirma que nunca se alcanzará la libertad religiosa en la India a menos que el país esté dispuesto a llevar a cabo modificaciones sustanciales en su constitución y su marco legal. Asimismo, el informe solicita a Estados Unidos que los derechos humanos sean el núcleo de sus relaciones comerciales y diplomáticas con la India.

En los últimos años, la corriente de nacionalismo por motivos religiosos ha provocado que la India haya subido de puesto en la Lista Mundial de la Persecución de los 50 países en los que es más difícil vivir como cristiano. Este año la India está en el decimoquinto puesto.

El nuevo informe, publicado en febrero por la Comisión Estadounidense sobre Libertad Religiosa Internacional (USCIRF por sus siglas en inglés) sugiere que la raíz del problema está relacionada con la legislación. La USCIRF afirma que mientras que, por una parte, la constitución de la India subraya la “plena igualdad legal” de sus ciudadanos y prohíbe la discriminación por razones de fe, por otra parte, “existen disposiciones constitucionales y legislaciones estatales y nacionales en la India que no se ajustan a las normas institucionales de libertad de religión o de fe”. “Las leyes contra las conversiones” en siete estados indios y la discriminación por razones de casta y religión destacan entre los problemas principales.

Según explica el informe, la situación ha empeorado desde el ascenso al poder del partido nacionalista indio BJP de Narendra Modi. Además, revela que desde 2014, cuando Modi asumió el poder, los “delitos motivados por prejuicios, los boicots sociales, las agresiones y las conversiones forzosas [al hinduismo] se han intensificado drásticamente”. El informe acusa a la India de alejarse de sus cimientos seculares, democráticos y pluralistas para convertirse en un país donde “las minorías religiosas han presenciado un deterioro de sus derechos”.

Respecto a las denominadas “leyes contra las conversiones”, la USCIRF afirma: “Aunque las leyes no prohíben explícitamente las conversiones, en la práctica estas leyes ‘tanto por su diseño como por su implementación, atentan contra el derecho a la conversión, favorecen el hinduismo frente a otras minorías religiosas y representan un importante desafío contra el secularismo indio’”.

“Aunque las leyes aparentemente solo protegen a las comunidades religiosas de los intentos de promover la conversión por medios inapropiados, al no haber una definición clara de lo que hace que una conversión sea inapropiada, los gobiernos estatales cuentan con criterios no regulados para aceptar o denegar la legitimidad de las conversiones religiosas”.

Uno de los principales puntos de desacuerdo respecto a estas leyes es la existencia de una tendencia en la India a sugerir que la libertad de conciencia no es compatible con la libertad de conversión. La USCIRF cita una sentencia de 1977 del Tribunal Supremo de la India en la que aparece escrito: “Si una persona emprende deliberadamente la conversión de otra persona a su religión, a diferencia de su interés por transmitir o difundir los dogmas de su religión, eso vulneraría la ‘libertad de conciencia’ garantizada a todos los ciudadanos del país por igual”. Como destaca la USCIRF, dicho lenguaje permite a los gobiernos estatales determinar qué conversiones son válidas y cuáles no, y, a este respecto, es la mayoría hindú la que recibe un trato claramente preferencial. “Irónicamente”, apunta la USCIRF, las leyes “no se implementan cuando las minorías religiosas se convierten al hinduismo, que, por el contrario, se interpreta como una ‘reconversión’, que tiene lugar en Ghar Wapsi o ceremonias de “vuelta a casa”.

Al mismo tiempo, pese a que la discriminación por motivos de casta se prohíbe en la constitución, el sistema de castas, con raíces discriminatorias, continúa siendo una “parte fundamental del hinduismo”, tal y como señala la USCIRF. Bajo este sistema, los “intocables”, o dalit, han soportado una “discriminación única”, afirma la USCIRF, solamente comparable con el apartheid en Sudáfrica.

Muchos dalit son cristianos. De hecho, los dalit constituyen dos tercios de la población cristiana de la India, que asciende a más de 80 millones o el siete por ciento de la población total del país, según ciertos cálculos. La USCIRF concluye que las minorías religiosas y los dalit se enfrentan a una “discriminación y persecución debidas a una combinación de leyes demasiado genéricas o mal definidas, un sistema judicial penal ineficaz y una carencia de coherencia jurisprudencial”.

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