BAHAMAS:
“¿Y qué hacemos ahora?” se preguntaron los tripulantes del Logos Hope cuando llegaron a El Centro de Amigos y Síndrome de Down de Bahamas, para trabajar con niños con este síndrome. Se sorprendieron al enterarse de que la mitad de los niños en el lugar lo padecen y la otra mitad ha sido diagnosticada con autismo. Erin Wochner (EEUU), visitó el barco con un equipo de corto plazo para saber más sobre la tarea del barco. Ella tiene un hermano de doce años con autismo y trabaja como cuidadora certificada de niños con autismo y síndrome de Down. “El autismo es como un arco iris, en cada niño manifiesta un espectro de habilidades diferentes”, observó Erin. Con esto en mente, los voluntarios planificaron actividades apropiadas para satisfacer las necesidades e intereses de todos los niños. “Les dije continuamente que Dios los ama y ellos asentían y decían: ‘lo sé’”, comentó sonriente Tuthanne Teo (EEUU).
Al evaluar la experiencia, el equipo debatió sobre las cosas nuevas que habían aprendido acerca de trabajar con niños con autismo y síndrome de Down. Con el apoyo de la Coordinadora de Equipos de Corto Plazo, Janice Low (Singapur), Erin dio una charla sobre cómo interactuar con niños que tienen desafíos adicionales, para que los equipos del barco estén mejor preparados para futuras conexiones y oportunidades.
