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Huellas de Esperanza

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Un modelo educativo e inclusivo, para replicar

“La educación es una herramienta de inclusión social y desde esta perspectiva trabaja el área de Educación con el Plan Emaús, que tiene fuertes componentes sociales y otras líneas que refieren a la Primera infancia y otros proyectos educativos” afirma Sofía Zadara, integrante del Equipo de Educación de Cáritas Argentina. El Plan Emaús es una herramienta de inclusión social conformado por distintas propuestas pedagógicas y formativas que, con más de 10 años de desarrollo, se implementa en los sectores más vulnerables de nuestro país. Los ejes están destinados a fortalecer y acompañarcomunitariamente, desde el embarazo y la primera infancia hasta la formación de jóvenes y adultos.

Más allá de la metodología concreta que se aplica en cada etapa educativa, es interesante destacar el impacto que tiene en las personas y comunidades.

“En Primera Infancia tomamos la experiencia de la Pastoral de Brasil y trabajamos desde el embarazo hasta los 6 años, procurando cuidar la vida de tantas madres y niñas/os. Esto implica toda una metodología, con manuales y capacitadores formados para acompañar la gestación y la salud de los niños, a través de visitas a las familias y espacios de desarrollo integral para los más pequeños. Por cierto, diseñamos y escribimos un Cuaderno de Orientaciones, que corresponde a la particularidad de lo que vemos necesario trabajar en esta temática en nuestro país”, explica Sofía.

Espacios de contención y pertenencia

“Asimismo, -continúa- realizamos el acompañamiento desde los 6 años hasta el nivel  superior. En este universo, las becas educativas implican un seguimiento personalizado para quienes van a la escuela e institutos terciarios y universidades, pero  también supone la posibilidad de tener un espacio de contención con distintos talleres, la oportunidad de participar en capacitaciones y de encontrar un lugar de pertenencia con prácticas saludables”.

“En las comunidades -detalla Sofía-, se van tejiendo redes y esto permite habilitar canales de articulación. Se arman acuerdos locales con Municipios, universidades y escuelas de arte; por lo que envían profesores para brindar clases, charlas o talleres acorde a lo conveniente en cada territorio. Apoyo escolar, talleres de cine, computación, arte, deporte, reciclado, música, tejido, salud, carpintería y mochileros le dan vida a la comunidad”.

“Las madres, -completa- además de tener su espacio en los talleres mencionados, se organizan en grupos para brindar las meriendas reforzadas junto con los equipos técnicos que orientan estas acciones. Tenemos un convenio con Desarrollo Social de Nación para brindar una merienda reforzada a niños, niñas y adolescentes. Todo lo que va ocurriendo constituye una contrapropuesta, una alternativa al mundo de la calle y del consumo de sustancias”.

Al mencionar a los becados terciarios y universitarios, Sofía destaca que “sucede una transformación enorme: el empoderamiento que otorga estudiar una carrera, rompiendo barreras y etiquetas, siendo acompañados y formados en diferentes temáticas por los ATLs  (Asistentes técnicos locales)  y equipos diocesanos produce un salto cualitativo en sus vidas. Van armando equipos, organizando acciones en sus propios barrios y se implican en las diferentes actividades de los espacios educativos”.

“Es gratificante acompañar, saber y compartir cómo van fortaleciendo su autoestima, su autonomía y van moldeando su proyecto de vida, siendo faro para otros”, reflexiona. “Así es como en las comunidades aborígenes, muchos de los que egresan encuentran nuevas posibilidades laborales gracias a su doble lengua. Por ejemplo, los que están en Magisterio se desempeñan como “MEMA”, teniendo la posibilidad de ser cuidadores de su propia lengua y transmitir los conocimientos en sus propias aldeas”.

“Se van abriendo otros horizontes no sólo en la familia sino en toda la comunidad. Creemos fervientemente que, cuando existe la oportunidad, la persona puede transformar su realidad y construir otro futuro. Esto es la Iglesia en salida, como nos pide el Papa Francisco”, enfatiza Sofía.

Incidencia del modelo educativo de Cáritas

En noviembre del año pasado, el Ministerio de Educación y Deportes de la Nación convocó a actores del sector público, Universidades y Organizaciones de la sociedad civil, entre ellas Cáritas, para conformar una Mesa de Compromiso por la Educación. La metodología y el abordaje integral del Área están siendo evaluados como práctica a replicar y lo que especialmente llamó la atención son los tutores socio-educativos que promueven un acompañamiento en territorio, en el propio barrio, respecto de la continuidad y terminalidad escolar.

“Estas prácticas tienen dos funciones -detalla Sofía-: una de mediación entre las instituciones y el barrio y otra más pedagógica, que procura guiar y buscar ayuda para que el joven no abandone sus estudios cuando se encuentre con dificultades. Estas dos líneas, que el Plan Emaús viene implementando desde 2010, resultaron novedosas para el Ministerio, por lo que hemos entregado por escrito un artículo donde damos cuenta de este accionar y creemos que podemos hacer incidencia en el ámbito público y otras Organizaciones Sociales”.

Otro hecho importante que es que el Secretario de Gestión Educativa de la Nación, Max Gulmanelli, viajó a Iguazú con Javier Quesada (Coordinador del Área de Educación de Cáritas Argentina) para conocer los Espacios Educativos y de Primera Infancia de dicha diócesis. Allí, compartió la vida de los Espacios Educativos del Emaús y resulta interesante, en el marco del convenio que tenemos con el Ministerio de Educación y Deportes de la Nación, que hayan caminado juntos con el equipo diocesano, los voluntarios, becados terciarios-universitarios, mochileros y madres líderes de Primera Infancia.

“La educación es indispensable para la inclusión social, da oportunidades de intercambio, desarrollo personal, aprendizaje compartido, reconocimiento en la comunidad… Además, el logro de tener el título, que fue el sueño de muchas familias, de tantos padres y abuelos que no pudieron cumplirlo, rompe con un destino de marginación y exclusión y da una mirada nueva en las periferias tan vulnerables”, concluye Sofía Zadara.