“Salí corriendo de casa con toda mi familia y en nuestra huida dispararon a mi hijo. Lo traje al hospital, aquí en Bangladesh, y dejé a los otros miembros de mi familia en el bosque de Myanmar, a la intemperie, simplemente escondidos allí. No he sabido nada de ellos desde hace días. No sé qué hacer, estoy desesperado”
Padre de 49 años
Este padre forma parte de la población rohingya, una etnia musulmana originaria de Myanmar que sufre una persecución desde hace siete décadas.
Excluidos y no reconocidos por su país, los rohingyas carecen de derechos básicos como educación y empleo y -por si esto fuera poco- también llevan años sufriendo episodios de violencia.
La última ola de violencia sucedió el PASADO 25 DE AGOSTO , cuando el ejército de Myanmar lanzó una cruel ofensiva a modo de represalia contra la comunidad rohingya: asesinatos, agresiones sexuales, quema de aldeas y hospitales… Una larga lista de horrores.
Desde ese fatídico día y en menos de un mes, más de 422.000 personas se han visto forzadas a huir a la vecina Bangladesh para tratar de sobrevivir allí en campos de refugiados. Ahora, estos suman casi un millón de personas y se han convertido en los lugares con mayor concentración de refugiados del mundo.
Allí, las condiciones de vida son indignas y el acceso a alimentos, agua potable, letrinas y atención médica es muy limitado. En un entorno totalmente inseguro, las enfermedades proliferan y muchos de los recién llegados están traumatizados y en un estado de salud crítico.
Son niños, mujeres y hombres en situación límite por el mero hecho de ser rohingyas.
En Bangladesh estamos tratando cientos de enfermedades diarreicas y a víctimas de todo tipo de violencia. Además, en los próximos días, lanzaremos campañas de vacunación contra el cólera y el sarampión.
También estamos ampliando de forma urgente nuestros programas y actividades de ayuda humanitaria y estamos construyendo a contrarreloj un hospital semipermanente capaz de cubrir las máximas necesidades posibles.
Estamos al borde de un desastre de salud pública de enormes magnitudes.
Tu apoyo nos permite estar allí.
Si crees que ahora puedes ayudarnos, haz un donativo.
Gracias.