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Organismos de la ONU apelan a la solidaridad internacional para asistir a los refugiados Rohingya

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Niños en el campo de Mainnerghona en Bazar Cox, Bangladesh. Foto: OCHA/Pierre Peron

La situación de los cientos de miles de refugiados de la minoría musulmana Rohingya que han llegado de Myanmar a Bangladesh es muy precaria. Se trata de gente que precisa ayuda para satisfacer las necesidades más básicas. La ONU ha solicitado a los donantes internacionales no abandonar a esas personas.

Las agencias de la ONU presentes en la frontera entre Bangladesh y Myanmar apelaron hoy a la solidaridad internacional para asistir a los refugiados Rohingya que se asientan en esa zona tras huir de la violencia y que precisan ayuda desesperadamente.

Según la ONU, hacen falta 434 millones de dólares para socorrer a este colectivo durante los próximos meses.

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) advirtió que la situación continúa agravándose con la llegada continua de unas 2.000 personas diarias a Bazar Cox, donde se ha establecido la mayor parte de los refugiados.

Joel Millman es el portavoz de la OIM:

«Los organismos de ayuda han alertado sobre una gran escasez de alimentos, que podría propiciar una desnutrición generalizada. Se estima que unas 218.000 personas precisan terapia nutricional con urgencia, entre ellas se cuentan 145.000 menores de cinco años y miles de mujeres embarazadas o lactantes», dijo.

UNICEF, por su parte, implementó un plan para prevenir el riesgo de cólera y diarrea aguda entre los refugiados Rohingya que contempla la provisión de agua limpia, instalaciones básicas de saneamiento y promoción de la higiene, así como campañas de concienciación para evitar las enfermedades.

El coordinador de Ayuda de Emergencia de la ONU, Mark Lowcock, viajó recientemente a Bangladesh para observar de primera mano la situación de los refugiados.

En declaraciones a la prensa en Ginebra, Lowcock destacó el sufrimiento que inflige a esas personas y relató la historia de un niño de once años al que conoció en uno los campamentos.

«Su madre, el niño y sus cuatro hermanitos emprendieron un viaje de nueve días para escapar de la violencia y del incendio de su aldea. La madre murió en el trayecto. Ese niño es ahora la única persona a cargo de sus cuatro hermanos y su hermana de dos años y medio está gravemente desnutrida», recalcó.

Lowcock reiteró que es imperativo poner fin a las operaciones militares y permitir el acceso irrestricto de la ayuda humanitaria al estado de Rakhine, en Myanmar.