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EL ÉXODO DE UN CRISTIANO PERSEGUIDO EN VIETNAM

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Antes, adoraba dioses pidiendo salud y riquezas. Ahora, alaba al único Dios y Salvador junto a su familia. Fue el primero en ser alcanzado por el amor de Jesús, aunque lo expulsaron de su pueblo, Vang Atu tiene una gran labor por delante, y es cumplir el propósito del Señor en su vida.

Vang Atu, tiene 28 años, está casado, tiene dos hijos y pertenece a la tribu Hmong en Vietnam. Comenzó su labor como evangelista en su tribu y logró ganar cuatro familias para Cristo. Su devoción fue tanta que su propia casa se convirtió en un lugar de adoración y comunión.

Fue un abril cuando, Thao Apao, un recién convertido llegó, junto a su hijo, a una reunión de oración en la casa de Vang Atu cuando se armó la disputa entre la fe y el radicalismo. El hermano de Thao espero al final de la reunión para poder atacar a su pariente junto a toda la comunidad.

Cuando terminaron de botar a Thao, empezaron a atacar a Vang. Horas más tarde los radicales junto a las autoridades del pueblo volvieron a casa del evangelista para destruir todo a su paso. El objetivo no era solo avergonzar al cristiano, sino mostrarles a los demás habitantes del pueblo lo que les podía ocurrir si seguían la misma fe cristiana.

“Me di cuenta que como hijo de Dios no debía desquitarme con ellos. Pues, así un día podría testificarle a mis hermanos sobre la bondad de Dios en mi vida.”, expresó valientemente Vang.

Cuando Vang recibió la orden de mudanza, no pudo cumplir por falta de economía. Aunque posee una propiedad y ganado, no ha logrado venderlos. Él asegura que es porque ser cristiano. El gobierno le aseguró que se apropiaría de sus propiedades y de sus animales por creer en Jesús.

Semanas después del incidente, tomó solo su fe y su familia emprendiendo rumbo a lo desconocido en el centro de Vietnam donde oyeron que habían más cristianos que podían ayudarles. Fue ahí que encontraron al pastor Trang, quien os recibió en su casa.

Ahora, Vang Atu mantiene su deseo de regresar a su tribu y compartir el Evangelio. Aunque el camino se torne tormentoso, él sigue de pie confiando en la Palabra del Señor. Vang cuenta con nuestras oraciones para su crecimiento espiritual. “Oren para que nunca deje de seguir a Cristo hasta que encuentre el cielo.”, fue el deseo de su corazón.