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Hacia una mayor igualdad religiosa en la Argentina

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Buenos Aires (Argentina) Andrea Leopardi, Unsplash

Presentación en la Cámara de Diputados de un proyecto que declararía —de convertirse en ley— el 31 de octubre de cada año como el Día de la Iglesia Evangélica y Protestante.

En estos días acaban de cumplirse los 501 años de la Reforma Protestante, y los evangélicos en la Argentina intentarán, por tercera vez, lograr tener su primer día conmemorativo propio a nivel nacional, gracias a la presentación en la Cámara de Diputados de un proyecto que declararía —de convertirse en ley— el 31 de octubre de cada año como el Día de la Iglesia Evangélica y Protestante.

Aunque sea laborable, a diferencia de los otros cultos que ya cuentan con días no laborables por razones religiosas, constituye sin dudas un gran avance en lo que a igualdad religiosa se refiere, puesto que en el país los evangélicos gozan de total libertad de culto.

Quien haya seguido la prensa argentina habrá notado que, en los últimos meses, los evangélicos han ocupado varios espacios en las noticias, sobre todo a partir del debate por la despenalización del aborto y por las multitudinarias marchas vinculadas a temas de protección de la niñez y la familia, y a la defensa de la vida humana desde el momento de la concepción.

Esta aparición mediática sorprendió a propios y ajenos. No es algo frecuente que los evangélicos tengan presencia en los medios y mucho menos que la tengan para expresarse en temas de opinión pública. La sociedad, en general, suele percibirlos como grupos religiosos dispersos, bajo distintos nombres y de presencia reciente en una nación de mayoría católica, a pesar de que algunas instituciones cristianas llegaron hace casi doscientos años y de que las iglesias están agrupadas en asociaciones y federaciones adheridas al Consejo Nacional Cristiano Evangélico y debidamente inscriptas y reconocidas ante el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto.

Los evangélicos trabajan dentro de las iglesias y en las comunidades en las que están insertos, más enfocados en la tarea que realizan que en darla a publicidad. Sin embargo, esta labor no pasó desapercibida para la clase política, que conoce en profundidad el valioso aporte que realizan las iglesias, sobre todo en los barrios más vulnerables, y este trabajo social también ha comenzado a hacerse visible desde los medios.

Es importante destacar que, desde la primera presentación del proyecto en la Cámara de Diputados en abril de 2014, varios municipios y provincias se hicieron eco de la propuesta nacional y presentaron proyectos de conmemoración para sus respectivas localidades, logrando así fortalecer el ejercicio pleno de la igualdad religiosa, algo que a nivel nacional continúa siendo una deuda pendiente que —de sancionarse el proyecto de ley— comenzaría a saldarse.