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Sally: de las lágrimas por sobrevivir en la calle a la luz de estar con Don Bosco

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A Sally la encontraron en las calles de Freetown, la capital de Sierra Leona, los trabajadores sociales de Don Bosco Fambul. Tiene 15 años y su oficio es la prostitución. La primera impresión corroboró la precariedad de su vida, con una tristeza en sus ojos oscuros que estremecían y que lanzaban un grito silencioso: “Me estoy muriendo. ¡Ayudadme!”.

El resultado de sus exámenes clínicos fue lapidario: “sida, hepatitis B, tuberculosis y tres enfermedades de transmisión sexual”. A Sally los médicos no le dieron más de un mes de vida y su familia ni la quiso volver a ver por significar “una vergüenza para ellos” al vivir en la calle y dedicarse a la prostitución para poder sobrevivir.

Todo se complicó por su delicado estado de salud: en el hogar para chicas de la calle de Don Bosco Fambul los trabajadores sociales dijeron que era “un riesgo para las otras chicas tenerla allí, que mejor buscar otro lugar”.

En el Hospital Central aseguraron que tenía “demasiadas infecciones. No aceptamos casos así”. El director de Don Bosco Fambul, el salesiano Jorge Crisafulli, pensó que las hermanas de la Madre Teresa la recibirían, pero tampoco fue así: “No estamos preparadas para casos tan extremos…”.

“Se me caían las lágrimas de rabia y de frustración y hasta pensé en abrir un lugar para chicos y chicas de la calle en situación terminal…”, comenta el salesiano, pero, finalmente, el Hospital Militar la recibió en una habitación con atención personalizada previo pago de una considerable suma de dinero.

Después de dos semanas, Sally ha mejorado y sigue varios tratamientos. Le han dado el alta y ha regresado al hogar de los Salesianos para chicas rescatadas de la situación de prostitución que sufrían en las calles. Sus ojos se han llenado de luz y ha comenzado a sonreír nuevamente. Gracias a Don Bosco, sus ojos han cambiado las lágrimas por luz y esperanza y es un ejemplo más de superación para decenas de chicas que tienen la oportunidad de salir de la prostitución gracias a los Salesianos.