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Mujeres en primera línea

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En contextos de conflicto y guerra en todo el mundo, las mujeres están desempeñando funciones indispensables para atender las necesidades sanitarias de otras mujeres de sus comunidades. Desde Chad, República Democrática del Congo y Territorios Palestinos Ocupados, respectivamente, nos relatan sus experiencias Khadija, Henriette y Noura.

Cuando estalla un conflicto, las necesidades sanitarias habituales de las mujeres no desaparecen, por el contrario, se vuelven más críticas. Las mujeres luchan por obtener alimentos adecuados, agua potable o saneamiento básico; y pierden el acceso a la anticoncepción, la atención a la maternidad o la protección frente a las infecciones de transmisión sexual, y se ven cada vez más expuestas a incidentes de violencia sexual y de pareja.

Como resultado, las mujeres se enfrentan a una mayor probabilidad de enfermar o morir, razón por la cual necesitan servicios de salud dedicados e integrales y protección como una prioridad como parte de cualquier respuesta humanitaria. Ellas se convierten en el eje de la respuesta, compartiendo sus habilidades, su experiencia vivida, sus conocimientos locales y su solidaridad para permitir que más mujeres tengan acceso a atención médica y apoyo social, y eviten sufrir en silencio.


 

Khadija, comadrona. © MSF/Diana Zeyneb Alhindawi

Khadija, Chad

«Quiero que las madres y los bebés estén seguros»

Khadija Yahia Adam* es una experimentada comadrona y una de las más de 600.000 refugiadas sudanesas que ahora intentan sobrevivir en Chad. La mayoría de las refugiadas del este de Chad prefieren dar a luz en casa, asistidas por comadronas de la comunidad. 

Sin embargo, en un campo como el de Adré, las comadronas suelen carecer de las herramientas y las condiciones higiénicas necesarias, lo que agrava los riesgos para las madres y sus bebés. Khadija no puede trabajar oficialmente en el Chad, pero la hemos formado como voluntaria y prestamos nuestro apoyo en la atención prenatal y postnatal, así como en la derivación de pacientes para un parto seguro en el servicio de maternidad que gestionamos.

Con 5€ al mes durante un año, harás posible que atendamos 12 partos en condiciones seguras.

Henriette Mbitse, voluntaria de salud comunitaria © MSF/Marion Molinari

Henriette, República Democrática del Congo

«Soy una persona desplazada… también soy voluntaria sanitaria»

Entre las muchas personas desplazadas debido al aumento del conflicto en el este de la República Democrática del Congo, voluntarios sanitarios como Henriette Mbitse ayudan a aumentar el acceso seguro y confidencial de los supervivientes a la atención en nuestro programa de atención a la violencia sexual en Kanyaruchinya. 

Con 20 € al mes durante un año, podemos comprar material médico para tratar a 36 supervivientes de violencia sexual

Noura Arafat, mediadora intercultural de MSF, y su colega Fatima Saad Dwikat. © MSF/Louis Baudoin-Laarman

Noura, Territorios Palestinos Ocupados

«Estas mujeres conocen sus puntos fuertes»

Noura Arafat, compañera y una de nuestras mediadoras interculturales, ha vivido toda su vida en Nablus, en Cisjordania. Desde la guerra de Gaza, la situación en toda Cisjordania ocupada, incluida Nablus, no ha dejado de empeorar, con mayores restricciones de circulación y más violencia por parte de colonos y fuerzas israelíes. El duelo es uno de los muchos retos a los que se enfrentan las mujeres. Noura ayuda a las mujeres de su comunidad a acceder al programa de apoyo de salud mental de Médicos Sin Fronteras para sobrellevar la situación y encontrar esperanza en la vida.

En su trabajo, Noura siempre se ha centrado en capacitar a las mujeres. Ahora, como mediadora intercultural, facilita las sesiones de psicoterapia entre nuestros pacientes y nuestro personal de psicología interpretando y mediando. También informa sobre la situación en Palestina, la cultura, la historia, los antecedentes y los aspectos únicos de la comunidad. 

«Cuando vemos a las mujeres cada día, hablan de sus vidas, sus dificultades, sus ambiciones. Estas mujeres conocen sus puntos fuertes. Saben cómo continuar sus vidas. Saben cómo hacer frente a las dificultades porque, ya se sabe, estos traumas y dificultades son continuos. Pero intentamos darles los medios y las habilidades para ser más resistentes, para sobrellevarlas y para encontrar esperanza en la vida, lo que es realmente muy especial para mi corazón.»

Nuestro compromiso es posible gracias a las aportaciones periódicas de nuestros socios y socias que nos permite responder de forma inmediata a cualquier emergencia, brindando asistencia médico-humanitaria a las poblaciones que lo necesiten, estén donde estén.

Gracias por estar a nuestro lado y al lado de las mujeres alrededor del mundo.

*Los nombres se han cambiado para proteger su privacidad.

Fuente : Médicos sin Fronteras