Muchos consideran que el Evangelio llega donde el estado no ha podido llegar. Así lo demuestra la ciudad conocida como Cracolandia en Brasil, donde un grupo de cristianos ofrece ayuda voluntaria a drogadictos a través de la Palabra de Dios.
Durante varios años, muchos grupos misioneros han estado trabajando dentro de los límites de Cracolandia, el evangelismo y las actividades de bienestar social van de la mano. En paralelo al trabajo de los funcionarios del Ayuntamiento, cerca de 150 personas con el proyecto social Cristolandia ayudan a personas a combatir la epidemia de las drogas en Brasil.
“Entendemos que los consumidores de crack son excluidos de la sociedad. Por lo que el trabajo es rescatar a estas personas y crear oportunidades para que puedan ser re-insertados”, dijo Fernando Macedo Brandão. «Sabemos lo que sienten. Muchos de nosotros hemos pasado por esta situación. Yo vivía en las calles, y sé cuál es la manera de salir de ellos «, dijo el misionero Marcelo Machado, miembro del proyecto.
En una zona creciente en producción de drogas, la organización cristiana presta asistencia a más de 300 personas al día, en busca de ropa, comida o un lugar para bañarse. Todos los días, el almuerzo se sirve a los usuarios que a menudo asisten a servicios religiosos al mediodía. Pero, en cualquier momento del día o de la noche, hay gente extendida en la acera frente a la iglesia.
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Macedo dice que el “mayor objetivo es predicar el Evangelio”, pero que la acción social puede ser la mejor manera para esto. En este trabajo en Cracolandia, todas las denominaciones cristianas colaboran entre sí, con una sola misión, salvarlos para Cristo. «No es fácil estar aquí, pero cuando se crea un vínculo con ellos, es porque se tiene un llamado específico para este público, el amor incondicional al prójimo», dijo Nildes Nery, pastor de una Iglesia.
Fuente: gospelprime
