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«LA OTRA VIDA DE LAS MINERAS»

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Se celebró el DÍA INTERNACIONAL DEL TRABAJO y no podemos dejar de recordar a unas mujeres trabajadoras muy especiales…

Las #mineras de Oruro (#Bolivia) que a más de 4.000 metros de altura y en unas condiciones de trabajo dignas del siglo pasado, cada día trabajan dentro de la mina o en minas a cielo abierto sacando mineral de la tierra por menos de 60 euros al mes.

No te pierdas este reportaje que grabamos con el programa Pueblo de Dios TVE en #BOLIVIA «LA OTRA VIDA DE LAS MINERAS»

A ellas las estamos apoyando desde Manos Unidas y a través de nuestro socio local en la zona «CISEP, Centro de Investigación y Servicio Popular «. Buscamos mejorar sus vidas y buscar otras alternativas de trabajo menos agresivas para ellas y sus familias..con talleres de tejido, de telares y con otras ideas productivas.

En Oruro, Bolivia, la vida de muchas mujeres mineras ha mejorado gracias al trabajo de una organización boliviana, creada por los Jesuitas y apoyada por Manos Unidas. Se trata de que las cooperativas mineras asuman el protagonismo social que la mujer tiene en la familia y como trabajadora. El departamento de Oruro, en el altiplano de Bolivia, está sobre una interminable meseta a gran altura, rondando los cuatro mil metros. A hora y media de la ciudad de Oruro, en medio del inmenso vacío del altiplano, hay varias comunidades mineras. Las mujeres que viven en estos lugares remotos son las destinatarias de un proyecto llevado a cabo por el CISEP, Centro de Investigación y Servicio Popular. Se trata de una institución creada por los jesuitas en Bolivia y que cuenta con la ayuda de Manos Unidas, la ong de la Iglesia española. En todas estas comunidades hay establecidas pequeñas cooperativas mineras cuyos socios son los vecinos del lugar. Las condiciones de vida de sus habitantes son muy duras. Las viviendas no cuentan con los servicios básicos y hay una elemental atención médica y educativa muy lejos de lo deseable. El proyecto consiste en crear unidades productivas textiles para que las mujeres de estas comunidades mineras consigan unos ingresos. Además se ha conseguido que las mujeres asuman un protagonismo familiar, social y también cultural pues, tradicionalmente, su papel ha quedado muy relegado a las cuatro paredes de la casa. La llegada de los talleres a estas comunidades mineras ha revolucionado la vida de muchas familias. Las mujeres se han encontrado con la primera oportunidad en su vida de demostrarse a sí mismas y a sus maridos que pueden contribuir a la incierta y frágil economía de las familias mineras. Además, el proyecto ha llevado a la reflexión y al cambio de actitud ante la violencia que sufren muchas mujeres en sus casas.