Inicio Editorial del Lector El ángel guardián de las mujeres víctimas de violencia

El ángel guardián de las mujeres víctimas de violencia

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FrimousseRoche - (CC-BY-SA-4.0)
La ginecóloga que creó la “Mansión de las Mujeres” y dirige un equipo multidisciplinario que las rescata

Todo comenzó en Saint-Denis (Francia), por iniciativa de una médico procedente de una familia de la burguesía cristiana libanesa, Ghada Hatem-Gantzer. Es ginecóloga-obstetra y no se reivindica como “feminista”. Pero sí es una “desarraigada” que llegó a Francia a la edad de 18 años, huyendo de la guerra civil, con el objetivo de acabar sus estudios de medicina.

En Saint-Denis fundó una casa para acoger a las mujeres que han sido afectadas por algún tipo de violencia. Ella se confiesa una “obrera” de ese lugar.

A fuerza de escuchar sus historias atendiendo en su consultorio desde 1993, decidió no sentirse más impotente y actuar.

Llegaban mujeres golpeadas, forzadas a casarse, víctimas de toda clase de abusos. Le relataban sus pesares y ser escuchadas parecía aliviarlas. A sus 58 años, tuvo la idea de crear, en julio de 2016, una “Mansión para Mujeres”.

Ella lo explica desde su propia especialidad: “Desde siempre trato a mujeres y me ocupo de ellas. Desde siempre las escucho. Desde siempre me cuentan sus vidas, sus dificultades. A veces la violencia de que son objeto me llega de cerca, me afecta y me involucra puesto que soy ginecóloga”.

Cada día atienden a una treintena de mujeres que han pasado por mutilaciones, violencia o han sido víctimas de incesto. Generalmente la brutalidad está ligada a temas relacionados con el género.

Todas, mujeres en situación de gran precariedad. “Muchas –cuenta Ghada-, viven en la calle o tienen que cambiar de lugar constantemente. Cada año sabemos de mujeres que salen de la maternidad con su bebé sin un lugar a dónde ir y sin un centavo en el bolsillo”.

Un buen porcentaje de las mujeres que dan a luz son ligadas, a otras le han sido extirpados sus órganos por algún tipo de enfermedad o debido a costumbres dañinas.

“Pero nosotros no estamos allí para recriminarlas”, precisa Ghada. “Simplemente, necesitan hablar con un sicólogo, un sexólogo o un abogado y les proporcionamos la oportunidad de hacerlo”, continúa.

Y prosigue: “Si es necesario operarlas, contamos con cirujanos formados por Pierre Foldes, el médico francés que inventó la técnica de reparación para mujeres que han sido extirpadas, así que estamos preparados. Pero la decisión no es fácil, pues para muchas mujeres se trata de reapropiarse de su cuerpo y ello implica rebelarse contra la tradición”.

Es un proyecto costoso pero han conseguido financiamiento del Estado, de las comunidades locales y de fundaciones privadas.

Artistas, cantantes y profesionales de todas las especialidades se les han unido, profundamente comprometidos en esta lucha contra la violencia hacia la mujer, y asisten voluntariamente para amadrinar esta labor.

Animan a las mujeres que han sido mutiladas y las promueven a una vida más reconciliada con su ser femenino.

Ghada insiste en algo crucial: ciertas tradiciones que llama “nefastas” responsables de que las mujeres vulneradas lleguen hasta su institución, una de ellas, la mutilación.

“Para ayudarlas las escucho, eventualmente reparo su himen, pero debemos ir más allá. Tenemos que acudir a las escuelas para desmontar los prejuicios. La tarea es inmensa”, puntualiza el ángel guardián de las mujeres víctimas de violencia.