Las estrictas medidas del COVID, así como el frío y la escasa publicidad, no impidieron el éxito del evento.
Unos 800 defensores de la vida se reunieron en Múnich (Alemania) el fin de semana para celebrar la primera “Marcha por la Vida” en la capital de Baviera. La Marcha por la Vida más importante de Alemania tiene lugar en Berlín cada mes de septiembre.
Las estrictas regulaciones del COVID con un límite de participantes de 550 personas, mascarillas y requisitos de distanciamiento social, el clima adverso con ráfagas de nieve, así como la limitada publicidad del evento por parte de los organizadores debido a las restricciones previstas, no pudieron evitar que más de 500 personas (un periódico de izquierdas mencionó 800 participantes) participaran en la primera Marcha por la Vida de Múnich.
Rápidamente se hizo evidente que este nuevo, pero largamente esperado evento no era una imitación bávara de la Marcha por la Vida que se celebra anualmente en Berlín en septiembre: Globos de colores en lugar de cruces de madera blancas, y los colores azul y amarillo dominaron la llegada de la “generación provida” al sur de Alemania.
“A pesar de las limitaciones relacionadas con el COVID y el clima invernal, nuestro evento autorizado pudo celebrarse con tantos participantes”, dijo Silja Fichtner, una de las organizadoras. “Estamos totalmente sorprendidos”.
Gracias a la policía presente en el acto, fue una celebración por la vida sin alteraciones y con alegría, a pesar del clima adverso y de los intentos de interrupción por parte de izquierdistas radicales.
Quedó claro que los organizadores, que forman parte de la asociación “Stimme der Stillen” (Voz de los silenciosos), se habían inspirado en el concepto de la Marcha por la Vida de Viena (Austria), que se reorganizó hace tres años y ha tenido un gran éxito desde entonces. Al igual que Viena, Múnich planeó una auténtica celebración de la vida.
La iniciativa surgió porque los organizadores están convencidos de que todo ser humano tiene derecho a la vida, independientemente de su condición social, sexo, edad o salud. “Y nadie, ningún estado, ningún grupo de presión, realmente nadie tiene derecho a definir lo que vale la vida”, añadió Fichtner.
La marcha de Múnich fue internacionalmente reconocida, con discursos cortos de organizadores de otras marchas en todo el mundo, como Australia, Croacia, España, Argentina, Estados Unidos, Bélgica, Italia y Austria.
La cantante Vero se sumó al acto y interpretó su canción “We are the pro-life generation” (Somos la generación provida), que hizo que los participantes, con frío de estar de pie a temperaturas gélidas, quisieran bailar.
