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Promover el emprendimiento para erradicar el trabajo infantil en India

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Apoyamos la educación de jóvenes y la formación de adultos para un futuro mejor.

En los distritos de Golaghat y Jorhat, en el estado indio de Assam, trabajamos por la educación de los jóvenes, el empoderamiento de las mujeres y la promoción del emprendimiento entre los adultos.

En esta región, la población adivasi es mayoritaria. Es un grupo social no reconocido ni como tribu ni como casta, sin derecho a poseer tierras y excluido de toda ayuda gubernamental. El empleo es escaso y dos tercios de los que trabajan lo hacen como temporeros en los campos de té, en condiciones de trabajo abusivas, con salarios miserables.

El índice medio de alfabetización es del 47 % en hombres y del 35 % en mujeres, teniendo estas muchas menos oportunidades de acceso a la educación que los varones. La falta de higiene, las duras condiciones de trabajo y las dificultades para acceder a centros sanitarios hacen que enfermedades como la malaria o la anemia proliferen.

Foto: Caesar Henry Arulappan
Niños adivasi. | Foto: Caesar Henry Arulappan/Manos Unidas ONG.

Los adivasis, culturalmente educados para realizar tareas en régimen de semiesclavitud, raramente se plantean emprender pequeñas actividades y, cuando lo hacen, suelen fracasar por falta de formación y recursos.

La falta de expectativas lleva a los padres a no entender la importancia de la educación de sus hijos y los envían a edades muy tempranas a trabajar en los campos de té. Muchos jóvenes, con capacidades intelectuales y ambición, no pueden superar el examen de reválida de secundaria (METRIC) por falta de preparación adecuada.

La educación y la formación, ventanas a la esperanza

Niños adivasi del programa. Foto: Fr Caesar Henry Anulappan
Adolescentes adivasi del programa. | Foto: Fr. Caesar Henry Anulappan/Manos Unidas ONG.

En este contexto, Manos Unidas comenzó a colaborar con la diócesis de Dibrugarh en los distritos de Golaghat y Jorhat hace más de diez años, proporcionando infraestructuras escolares adecuadas y facilitando actividades de refuerzo educativo para minimizar el abandono escolar. Y es que cualquier fracaso lleva a los padres a retirar a sus hijos de la escuela y enviarlos a trabajar siendo muy jóvenes.

En la aldea de Ratanpur, se financiaron escuelas de primaria, secundaria y bachillerato y un internado femenino. Hoy, la escuela, que imparte la formación en inglés, acoge a 423 estudiantes, en su gran mayoría adivasis. La excelente calidad de formación, junto con los programas de refuerzo escolar, han llevado a la obtención de brillantes resultados en los exámenes de reválida de sus alumnos. La primera promoción de 29 alumnos aprobó en su totalidad el METRIC.

De ellos, 23 eran adivasi. El resultado contrasta con el de los demás colegios de la zona, con un porcentaje de éxito del 13 %. Los proyectos educativos se complementaron con programas de formación para emprendimiento y financiación de negocios familiares, con especial atención a las mujeres.

La exitosa experiencia de Ratanpur se intenta replicar ahora en el distrito de Jorhat, en trece aldeas en torno a la localidad de Rajabari. Los padres recibirán sesiones de concienciación sobre la importancia de la educación para sus hijos, al tiempo que los jóvenes participarán en sesiones de motivación en el mismo sentido. Los jóvenes recibirán clases intensivas de refuerzo para pasar el examen de reválida. Otros 450 niños recibirán clases extraescolares de refuerzo para reducir las tasas de fracaso escolar.

Niños adivasi del programa. Foto: Fr Caesar Henry Anulappan
Niños adivasi del programa. Foto: Fr. Caesar Henry Anulappan/Manos Unidas ONG.

También se impartirá un programa de formación al emprendimiento destinado a adultos que ya disponen de pequeños negocios, pero precisan mejor formación y apoyo financiero. Quince chicas participarán en cursos de costura, bordado y elaboración de patrones.

De este modo, la educación de los jóvenes y la formación de adultos abre ventanas de esperanza hacia un futuro mejor para uno de los grupos sociales más desfavorecidos de nuestro planeta.

«El apoyo de Manos Unidas a la educación y el emprendimiento abre un futuro esperanzador para nuestra comunidad». Padre Caesar Henry Arulappan, párroco de Rajabari.

fuente: Manos Unidas