Cuántas veces te has sentido abandonada, desolada, afligida?
Muchas, no?
Muchas son las veces que has necesitado la compañía de alguien, aunque solamente esté…sin hablar, para hacerte saber que no estás sola.
Cuántas veces has tenido la confianza de emprender algo porque contabas con aquél que decía ser tu hermano, amigo incondicional; pero llegado el momento, no estaba?
Cuántas veces te han faltado las fuerzas y esperaste las manos de alguien que fueran las tuyas?
Cuántos días estuviste esperando una palabra que te alentara a seguir, que te hiciera sentir que no estabas pasando desapercibido….y no llego?
Recuerdas a Job?
En el cap. 2 podemos ver a los que se hacen presentes cuando estamos en tiempos de aflicción: los que te miran de lejos y se horrorizan preguntándose cómo llegaste a éste estado.
Los que sufren con vos y te lo demuestran.
Los que se quedan a tu lado sintiéndose incapaces de emitir palabra; pero te miran a los ojos, te acarician los cabellos…te abrazan…
Pero también están los que opinan y suponen y comienzan a juzgar el por qué estás en esa situación.
Ah….cómo comprendemos a Job!!
Pero hay alguien que nos comprende a nosotros, que sabe de sufrimientos; «experimentado en quebrantos» «varón de dolores». Alguien que sufrió el mayor de los dolores que se pueda sufrir; el abandono del Padre: JESÚS.
Él dijo estando en la cruz: «Elí, Elí, ¿lama sabactani? Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Cuál fue tu reacción al experimentar el abandono, desolación, aflicción?
Pero Dios te desafía al enfrentar el próximo Año.
Cuando tengas que vivirlo, recuerda que Jesús es poderoso para socorrerte, que harías muy bien en ir a Él con tus dudas, con tus emociones sinceras (quizá heridas) con tus aflicciones y angustias, porque Él sabe lo que estás viviendo.
Y si te toca estar en la posición de amigo; que seas de los que sufre con el que sufre y de los que consuelan con el consuelo de Dios.
Teresa Monje
Nuevo Tiempo de Mujer
